PROPÓSITO
DE FATIGA
Gregorio
Ojer 1999-2019
Sin
tiempo
Rompe
el silencio
en
un cubito de hielo
La
luna contra el cristal
anima
al borde
a
realizarse en nieve.
Alguien
golpea la puerta.
Las
llaves se funden
como
la luz en un rayo de sol
acabado.
No
hubo pisadas textiles
ni
equívocas huellas.
Sólo
el martilleo
de
un piano abandonado
en
los labios de un niño fascinado
por
la desaparición.
Reventamos
las paredes
Perseguiré
los rastros de los charcos
no
hubo desierto
que
calmó mi sed.
Sigo
en la lluvia seca
entre
nubes transparentes
y
cedas al paso,
en
un stop de nombres.
Así
se hizo el cristal
entre
baldosas de callejuelas
de
Barbastro, Huesca, Tamarite
sobre
lagos de legajos sin pieles
entre
hostales baratos,
donde
las vírgenes y los santos
no
tenían lugar.
Tal
vez en aquella puerta
que
abría un muro
de
miradas libres
existimos.
Ideas
de un taller
Mi
padre murió
en
mi pastilla de dormir.
No
Hubo ventanas abiertas
o
cerradas.
Sólo
un cristal de sueños…..
Me
despertaron los años
vividos.
Tuve
la pesadilla de la vida.
Vivir
sin respirar
vivir
con una nariz
pegada
al espejo…
todas
las mañanas
cuando
se levantaba
la
luz y la oscuridad
inundaba
la distancia
programada
por tiempos
inexistentes.
El
reloj marcó la hora
y
los minutos de un hálito sin boca.
Quizá
no te vi
quizá
la piel no se organizó
entorno
a tu agonía.
Quizá
los hijos de sangre
no
son hijos de vida.
Apuntes
bursatiles
Los
paraísos en las macetas
resuelven
algoritmos.
Tus
ojos eléctricos
nombrar
lluvia
y
bocas abiertas.
Barro
el barro de la vida
en
un clic de párpados
informáticos
y no
tengo ganas
de
ganar ganancias
abandonadas
a una falta de pieles.
Bajo
el camino de piedra
se
esconde el desnudo de la tierra.
Bajo
tu boca
ajustes
de labios sin puertas.
Sin
noticias
Cierro
los ojos
los
ojos de las alambradas
los
ojos desolados
por
las cuchillas
los
ojos de pateras
hundidos
en nuestros cuerpos
sin
mar.
Cierro
los ojos
en
nuestras bocas señaladas
por
las creencias apañadas
para
que todo siga igual.
Cierro
los ojos
por
aquellas que un día
vendrán
a preguntarnos
qué
hemos hecho
con
nuestras vidas
sin
vida pero con sal.
Cierro
los ojos
por
los cuerpos sumergidos
entre
montañas sin piedras
entre
caminos sin laderas
entre
ríos sin orillas
entre
cortinas de metal.
Cierro
los ojos
nuestros
ojos de abismos
nuestros
ojos disfrazados
nuestros
ojos cobardes
en
nuestra pleamar.
Cierro
los ojos
por
haber vivido
por
haber resistido.
1
Tal
vez los paisajes
no
existan.
Tal
vez mi nombre
no
sea tu nombre.
Tal
vez el espacio
no
sea tiempo
2
Las
vistas son acantilados
y
los dados se rompen
en
vidas quemadas.
La
luz señala una ala partida.
POE
La
mesa no está
para
vasos vacíos
ni
estrellas en bancos
suicidas.
RUFINO
No
hay nombres
en
el humo
de
tus cenizas.
No
hay tiempo
en
el aleteo
del
desengaño
No
hay horas
que
mueran
en
sus minutos.
No
hay cortesía
de
mi lágrimas
cuando
anidan en la tierra.
Las
palabras como la lluvia
secan
mi memoria.
Tus
ojos verdes
se
quejaron de este desierto.
He
cambiado tu ataud
por
un diccionario
sin
nombres
por
un mar
muerto
de olas.
No
hay molino
que
señale tu estrella.
1984.
(Entre aceites)
Llueve
en un gota
de
cristal.
Llueve
y no hay
reflejo
en las nubes.
Llueve
hacia un cielo
desaliñado
en mis zapatos sucios.
No
hubo huellas
eclosionando
en tus
alas
de mariposa.
No
hubo fantasía
en
aquella celosía de plumas..
sólo
hubo realidad
reflejada
en los charcos.
Anti-Biedma
Arañé
tus uñas
de
porcelana mediterránea
en
un playa de salitre.
Supongo
que no estuviste
nunca
contigo como lo estoy yo.
Las
palabras no son amigas de los sobrios.
Seguiré
tus verbos.
METAPOESIA
O MIRAR DE LADO AL ALBUR.
Abrimos
puertas entre algoritmos
para
cerrar ventanas sin istmos.
Perdemos
llaves suspirando
en
los buzones…
sin
embargo late el azar entre un gato
negro
y la piedra desnuda.
Dejemos
que el tiempo
aprecie
este arrecife.
ESTROFA
SIN FINAL
las
raíces son ojos de la Tierra
las
señales
de
mi desaparición
MAPA
EN BLANCO
La
lluvia resbala
parece
que todo está en calma,
inmóvil
a la marea de imágenes
que
sobreviven cuando respiras.
Nada
será igual
cuando
percibas
que
la lluvia eres tú, fragmentado,
entre
nubes y Tierra.
Entonces
el miedo
no
tendrá cabida.
Sabrás
que la penumbra
es
el destellos de la desaparición
en
ese mar inmóvil.
Un
pequeño latido
dentro
de miles de gotas
intentando
hacer música
con
los labios.
PRECIPITACIÓN
Lluvia
a séis kilómetros.
Tu
cuerpo es nube.
El
abrazo cercano
a
una aproximación de cuerpos
presenta
el disfrute de una luciérnaga
con
el sol.
El
aroma del MareNostrum
es
amistad y líneas delimitadas
en
la espuma.
RECUERDOS
CON RIMA
Recuerdo
una jeringuilla
en
mi mejilla
y
mirar después tras un virilla.
Recuerdo
nadar entre colillas
y
ver una coronilla
sin
pelos pero con barilla.
Recuerdo
un mono
con
un moño
sentado
en la plaza
de
Salamanca
y
dentro del vaso
una
salamandra.
Recuerdo
cuando te fuiste
sin
chiste
en
un ataud
con
ruedas
entre
una cuerda
colgando
jamones y limones
sin
ruiseñores.
Recuerdo
una silla vacía
y
una encina
comiéndose
la hierba
y
una cecina.
Recuerdo
tu sonrisa
con
la poesía
entre
palabras e ironía.
Recuerdo
que era filosofía
que
era sofía
atada
a la sabiduría
de
un día gris.
EL
HALLAZGO
Hice
un hueco
en
la arena
y el
mar se despidió.
Tus
ojos recorrían acantilados….
Ellos
sabrán
donde
acaba
la
espuma
y
donde acaba
el
mar.
Eran
las 4 de la tarde
y el
mundo vivía
a
espaldas de nuestra espalda.
Siempre
pensé
que
ignoraron la señal
de
aquellos ojos.
PERMANENCIAS
Usé
el lavabo
no
salieron dioses
del
grifo.
Entonces
pensé
que
tal vez
el
mar
es
finito
como
el cielo
en
mi ventana.
(dijo ebrio entre arrecifes de cristal)
No
me comas la vida.
Enciende
el mechero
para
iluminar al sol
en
esta noche de luna llena.
Y el
polvo
convirtió
en cenizas
los
años anteriores.
MALDITA
TARDE.
1
Malditas
tardes
de
cenicientas satisfechas.
La
ducha no funciona
en
la lluvia
y la
tarde clarea
en
el cristal.
(ya
sabes)
retrocedería
en
mi disfraz
pero
el pasillo
es
largo y frío.
2
Lo
demás está lejos
en
tus dedos
es
esa palabra sin labios.
No
hay tiempo
para
tanto espacio!
ESTANCIA
1.
La
nada
de
un latido
apenas
deja ruido.
Nadé
en el río.
Construí
pagodas
sobre
una alfombra de alambres.
Abracé
lo invisible
de
una castaña.
2.
La
palabra acecha al lago.
Parma
fue una herida.
No
hubo vías de regreso.
Apareció
Pound entre cisnes.
Recordé
que Lisboa se construyó
sobre
los huesos anarquistas
del
banquero Pessoa.
3.
Contemplo
el
monte frío
la
lenta paz,
la
cumbre…..
mas
volvería
a
andar
el
mismo camino.
A
amar la misma tierra
honda
y desposeída
apasionadamente
la
misma incertidumbre.
COSTAFREDA
Es
el hilo del frío.
Es
la noche
consumida.
Es
el día que se retira.
Es
la puerta
que
ni abre ni cierra.
Es
un cristal
que
te mira.
Es
nada.
Son
los hijos del no
que
padecen la palabra.
PLENITUD
El
vacío que deja
la
piedra en los dedos
desobedece
a la palabra.
La
vida son unas vacaciones
entre
un vacío de origen
y
una nada final.
Mientras
la arena
cubre
nuestros ojos
en
un intento inútil
de
deletrear aquello que perdimos
desde
el principio.
MACHADO
Las
babas de caracol
señalan
el camino
del
cementerio.
No
hay huellas
en
la cigüeña
que
crea el camapanario.
Las
golondrinas construyen
fríos
inviernos
en
un Duero poquito soriano.
Pasados
los peces
que
anuncian la primavera
apenas
un corazón
esconde
la miel
de
la ilusión.
Fue
el llorar
de
un hogar,
el
dormitar de la miseria.
Fue
la flecha
del
discurrir
o el
huso de un alimento sin lecho.
ELOGIO
DE LA LENTITUD
Esquivamos
cuerpos
retrocedemos
antes los espejos.
El
impulso de las aguas
rehacen
lo ríos.
(La
información es la diosa de la mentira).
El
viento sombrea las hojas caídas.
No
hay océanos
en
los confines de nuestra piel
poblada
de quimeras.
Recuperar
la rutina
perforar
el espacio muerto
entre
los dedos que caen en la fosa de las palabras.
Grietas
de olas sumergidas
en
un diseño quebrado
por
la indecisión.
Cuelga
la estela del barco
sobre
una escalera de cuerpos.
EL
VIAJERO
Andamos
entre espejos
nuestros
ojos son caricias
de
baldosas de cristal.
Respiramos
vacíos.
Exhalamos
espacios
que
nunca existirán.
NO
HAY PREGUNTA
1
Debiera
escuchar
la
hierba que trepa
por
la roca.
Despreocuparme
de
las ventanas
que
alisan el cielo.
Abrir
algún libro
ya
redactado
en
la lejanía de los años
y
observarcomo mis dedos
se
extinguen
intentando
atrapar
la
misma roca.
2.
Dentro
y fuera
del
viento
el
aire se convierte
en
respiración.
La
realidad contrapone
su
hilo de fantasía.
No
hay armazón
en
los baúles inmateriales
de
la niñez.
Como
no hay azul
en
la gárgolas
de
mis labios.
BALDORBA.
1986
El
inicio y
el
final
entran
por
los
ojos.
El
inicio señala tus ojos.
El
final
mis
pies sin despojos.
Los
dedos
pintan
el cielo.
Siembran
de tierra
la
piedra yerma.
Mis
pies sin dedos
se
acostumbran
a
desaparecer
entre
árboles de cristal.
2.
Tendremos
que cortar las cortinas
del
cielo
para
ver los cristales de las raíces.
Tendremos
que cortar
los
nombres
para
señalar las palabras.
PAGANA
SEMANA. 1980
Los
pies pretéritos
anuncian
huellas futuras.
Hay
fuegos que arden
en
sangre de hielo.
Cuando
el olvido
se
cubre de basalto
los
encapuchados
deslizan
sus súplicas.
Tañen
las pestañas
sin
badajos que atormentar.
El
sufrimiento es trivial
entre
la abundancia de clavos
y
la men ta cio nes.
Un
niño blande un martillo
que
golpea el velo
de
una tormenta lejana.
PASEO
SIN LUZ
1.
Lejos
de encontrarme
a la
intemperie de las primeras nieves
regreso
descalzo al calor de la piedra.
Sé
que no existiré
cuando
comience el primer aliento
de
la mañana.
Sé
que no tendré voz
cuando
la primera palabra
se
ausente del bosque
2.
Veo
al mundo
deshaciéndose
en un nudo.
Es
el mudo el que halla las palabras.
La
vida es una persecución
de
uno mismo.
No
hay nada:
ni
nombres
ni
fecha de nacimiento
ni
de defunción.
Paseo
con los dedos gélidos
sobre
un río bañado por miles de orillas
dentro
de un aliento sin boca.
VACANTES
ENTRE BACANTES
Es
en vano
que
tu mano
desdiga
las palabras
apalabradas
con las brasas
de
estos ojos.
Es
corteza de cristal
entre
bosques oscuros y fríos
en
mis dedos dionisíacos.
Es
en vano
que
las hojas en otoño echen
anclas
en tu cuerpo.
El
hastío es un río ardiendo.
Cuando
el crepúsculo
deje
de contar estrellas
volveré
al alquitrán
de
un cuerpo sostenido
por
alambres.
CANCIONES
DE LUPANAR
1.
Entre
cortina cortina
un
humos fino
recoge
las cenizas.
La
piel no es de oro
y
las uñas de plata fina
rasgan
el néctar
de
una gélida ninfa.
La
campana desoye
el
grito irritado
de
Afrodita.
Su
alma depravada
recolecta
vírgenes marchitas,
hermafroditas.
¡Ay
amor de cristal!
¡Ay
concupiscencia enfebrecida!
¡Cómo
insuflas el viento de la edad!
¡Cómo
pudres
lo
que vendrá y nunca aparecerá!
-Entre
cortina y cortina
la
grieta de una mano
abre
el veneno prodigioso
del
destino-
2.
El
destello de la vida
que
es cansina y huidiza
alumbra
aquello de lo humano
que
es grieta procaz en un fuego desigual.
No
llores en la demora
de
la impostura.
Nadie
es el que recita
Nunca,
el veneno de la identidad.
APOSTASÍA DE LA IDENTIDAD
La
cultura es la apostasía
de
la identidad doblando
el
espacio que habita.
Mientras,
el tiempo
construye
el relato
de
la diferencia.
La
supervivencia pende de un hilo:
madeja
de intestinos
cristalizados
en charcos
de
Nombres.
Solipsismos
Mastiqué
piedras
y
reclamé ruinas.
Mis
manos dibujaron
lineas.
Mis
ojos observaron
partículas
vegetales.
La
juventud arrancada
a la
inacción
en
un quiebro de estaciones
sin
hogar
convertida
en fiebre
depositada
en un combate
de
brumas y desapariciones
se
aleja en reivindicaciones
efímeras,
entre
gritos capaces
de
añadir más silencios.
EVASIONES
hoy
el viento
ha
sido evadido.
La
torre del porvenir
se
renueva entre orquídeas
y
sonrisas.
Casi
sed ahogó el agua
entre
las burbujas que dejaban
las
nubes.
Ver
pasar un volcán
es
acumular refugios
y
reptar entre tribunales
y
zarzas.
Apreciaciones
culinarias entre pensamientos de bajos vuelos.
Estoy
perdido,
perdido
en el centro
de
un plato de alubias.
Vago
poir el cielo
cocinando
estrellas
que
ya no existen.
Las
palabras retozan
entre
migas de pan
como
nubes silentes
en
pos de un postre
de
bombillas galácticas
y
anuncios luminosos
cosidos
al tiovivo
de
tu boca bulevar.
Espero
la respuesta
pegado
a esta alfombra mágica
que
surca dormida
un
callejón sin salida
que
no es vida ni salida
pero
sí el pensar
en
este deambular.
POEMAS
SUBACUÁTICOS.
Condenada
espiral
en
la madera.
La
vi por última vez
dentro
de la piedra.
Refugiada
de los humanos.
Sin
manos
amasó
los dedos del tiempo.
Recogía
espacios mutilados
y
cuerpos carcomidos
por
la esperanza.
Sin
miedo borró las huellas
que
traicionaron su existencia.
Respiró
el vacío
y su
sonrisa se resolvió
en
grieta
LA
SOLICITUD
El
tiempo no existe.
El
espacio
es
ocupado.
Quedan
dos
segundos.
DESPEDIDA
Arroja
el mar
el
agua que quedaba.
Aferra
su mano
la
arena convaleciente.
Había
espuma petrificada.
Lo
sueños se volvieron espejo.
La brevedad
1.
Aterido
por las estrellas
arrobado
por ese instante
que
no se deja atrapar…
El
tiempo está de vacaciones.
Dibujo
arco iris de otoño.
Veo
morir las hojas
que
regresan a la tierra.
La
noche desaparece
en
un nocturno sin aliento.
Dirijo
la sangre del sol
para
plantar jardines
breves,
pero
deseados.
2.
Hubo
una cabalgata
de
montes desnudos
atardecía
y el sol se mecía
sonriente.
La
fragilidad celeste
de
unos labios
y la
prudente humedad
de
las orquídeas ausentes
cubrían
el espacio
dejado
por la luz.
La
muerte es frágil
en
estos paisajes subacuáticos.
3.
Tuvimos
la oportunidad
de
nombrar el mar.
Tuvimos
la opción
de
rechazar el clamor
en
un día de lluvia.
Tuvimos
el regreso
a un
exceso de palimpsestos.
Tuvimos
la opción
de
esa pasión que mueve mansiones vacías
y
papeles quemados
ACERTIJO
El
pez
que
no es pez
es
escama
en
mi boca.
Las
escamas de mis labios
crean
peces sin pescado.
El
pez que no es escama
resuelve
el silencio
en
el agua.
Es
el agua que desocupa el pez
la
que crea los labios
en
la escama.
LISBOA
Hay
cielos
que
no necesitan el azul
como
sombras sin luz.
-el
aire refleja la piedra-
Tuvimos
la oportunidad
de
los dedos.
Supimos
que la fatiga
provenía
de esa habitación vacía.
Y
siguieron los propósitos
de
nuestros cuerpos,
entre
aciertos e insomnios.
TRÍPTICO PARADÓJICO
1
Voy
a morir
tengo
la sensación
de
vivir en la muerte.
La
abrazaré
con
la uña de carmín.
Voy
a morir
dentro
de la muerte
dentro
de un caracol.
Recogeré
la babas
en
un ángulo imperfecto.
Voy
a morir
es
tu sensación.
Sobreviviré
en un mejillón
que
no tiene mar
dentro
de tu cuerpo.
2.
La
puerta no abre
no
hay espacio para el cristal.
El
cristal recoge el aliento de su nombre
pero
el calor deshace el vaho.
Subraya
el cristal sin nombre
y
abre la puerta
que
no abrió el tiempo.
3.
Hubo
para parar el tiempo.
Hubo
un espacio sin puertas.
El
sol se asomaba
detrás
de la luz.
No
había ojos ni manos.
Sólo
dos dedos acariciando
un
cielo que se perdió.
VIDRIOS
Volveré
a respirar.
Volveré
de la nada
y
tendré la certeza
de
vivir en una pereza
de
vestíbulos.
Fue
la calle
la
que dejó tu barniz
en
la piedra.
Vivo
en la descripción del aliento.
Ese
límite no agranda la muerte.
LOS
VIENTOS SIGUIERON SOPLANDO
El
olor a podrido
de
las hojas
se
fue formando
en
el cadáver del padre.
Bajo
la hierba
sus
labios daban vuelo
al
aire.
Un
aire de julio
un
julio de canícula.
Subían
los ojos
detrás
de mis pestañas
enraizadas
en sus manos.
Bajaba
el tiempo
como
la puerta de un taller
de
cuerpos cumplidos de promesas.
Y
así me visitaron los recuerdos
armados
de retratos vacíos
y
coches desvencijados.
Yo
dentro de la fosa
construía
puentes de aceite quemado
negro
como el vino
que
guardabas entre mantas
cuando
la caza era la excusa
para
ser paisaje en soledad.
Y te
vi muerto.
Y te
vi volar entre cenizas
sin
alas
entre
sembrados y páramos
en
un cielo verde
como
tus ojos.
FILTROS
El
calor necesita
respirar
el
último charco
de
barro corporal
o
remolino boreal
en
una espiral
desbaratada
por
la espuma
de
un gusano sin seda.
Entre
el lodo
surge
la pérdida
de
boca
parecida
al sudor
de
un Adonis
sin
silueta.
LEVANTAMIENTOS
Algo
como una nube
en
una taza torpe
de
un lunes sin aperos.
Así
los dientes
mastican
el espacio
sin
regreso,
entre
risas el hueco
hace
frente a un asalto
de
lluvia.
La
brisa de la vitrocerámica
deletrea
amaneceres.
Otros
días dibujaron
la
retirada de lo humano.
Habían
entendido
que
no hay final
en
el simulacro,
que
apenas los niños
nombraron
al viejo patio.
ENTRE
GUADAÑAS ANDAN LAS ESPAÑAS.
El
sello del cielo
estremece
la cuerda
de
nieve.
Detrás
de las hojas
existe
un otoño
que
tensa las pieles
de
una historia de hambre
y
muerte.
Guarda
las huellas
en
sus zapatos detenidos
por
el rocío.
Su
boca en la tierra
acabó
con el tiempo apocalíptico
entre
salones de basura
y
descompuestos ideológicos.
Sólo
uniformes
golpeando
su
cuerpo líquido.
MADRID
1989.
Hubo
palabras de tiza
en
muros que cierran callejones.
Salidas
que fueron errores.
Contrastes
de cuerpos rendidos
entre
mariposas de cristal.
Graffitis
de vaho,
reverencias
suicidas
y
respiraciones agónicas.
Una
fina lluvia
bailaba
en el horizonte.
Espacios
sin bellas artes
y
dígitos de labios
volando
entre números,
inyectando
exhalaciones
en
coches fúnebres.
Entonces
vimos que el sol
nunca
salió.
Que
detrás del cristal
no
hubo tiempo retrocedido,
sólo
fósiles nostálgicos
dulcificados
por nuestras antorchas.
LOS
RENGLONES TORCIDOS.
La
muerte es una mano consciente
que
alegremente se dirige hacia otros.
Me
quedé dormido mientras caminaba
hacia
la enfermedad que es el ser humano.
Narré
con el barro
las
piedras
que
iba dejando
la
noche.
La
dificultad de tener una mirada clásica
me
hizo pensar
que
el abismo lo tenía en la suela de los zapatos.
Pero
manipulé el desasosiego y lo envolví en un caos de
nombres.
Los
mismos que persiguen e interpretan a su antojo
mi
existencia
sin
códigos.
FINGÍA
ESTAR VIVO.
Sentado
en el ala
de
aquella mariposa
que
viaja en mis entrañas
exhalé
ingravidez
y
unas cuantas cervezas
se
desparramaron
acariciando
mi garganta.
El
humo provinciano
olía
a incienso viejo
a
carcoma fantasmal.
Casi
la castración
se
hizo púlpito
heredera
de las llamas
estrafalarias
de
mi último cigarro.
RECUERDOS
DE DESATASCOS MENTALES.1995
La
sala vacía
entre
una llama de colores
haciendo
zigs zags aburridos.
El
experto en desapariciones
se
encontraba presente.
Me
sentía como un hueso sin músculo
como
un extraterreste posado
en
el pétalo de una amapola.
Los
rayos reciclaban
los
aullidos del sol
que
esquinado hacía su aparición
entre
interrogantes fáusticos.
Todo
era interactivo
hasta
la imbecilidad irradiada
por
el que nunca desparecía.
EL
ERRANTE PROMISCUO. 1990
Gimió
sin responsabilidad
sin
aprobación
sin
horas señalas
sobre
un adorno.
Sin
crematorio
sin
disimular
sin
un entierro irrefutable
sin
simplemente sin aliento.
Parecía
un concilio
cuestionando
el paraíso
de
dos cuerpos bebedores
de
desnudos.
LA
ERRANTE PROMISCUA.
Cacé
mariposas
con
tu tela de araña.
La
puerta se agitaba
con
el frío de la mañana.
Llovía
sobre un cubito de hielo.
Fue
entonces cuando todo apareció
ralentizado..
Tu
boca sobre el cristal.
El
espejo roto.
Y el
viento agitando mi mano
retenida
en el vacío.
NO
YO O Y
Lo
hacen extremadamente
difícil
cuando
las soluciones
de
dos cuerpos no entienden
de
aproximaciones.
Cuando
las respuestas
tienen
que ver más con un estado de silencio
que
de articulaciones de lenguas.
Cuando
definitivamente
todo
pasa por masticar la realidad
y
seguir mirando hacia adelante.
Lo
hacen sin saber
que
los límites de los cuerpos
señalan
las extensiones
ya
desaparecidas,
nunca
señaladas
por
un miedo atávico
a
perder la identidad
SIN
FRONTERAS
Dejé
de escribir
para
escribir.
Dejé
la palabra
para
entender la palabra.
Dejé
el silencio
para
escuchar el silencio.
Y
aprendí que lo absurdo
es
el sentido común.
Que
lo común se teje en la afrenta
y el
sentido en la vanidad.
CIERTO OTOÑO
Recuerdo
que era otoño
cuando
las nubes
parían
copos de nieve
y
trineos de cristal.
La
mirada de niño
hacía
tambalear al mundo
porque
el mundo en una mirada de niño
deja
de ser mundo
para
ser copos de nieve y trineos de cristal.
La
luna no era luna.
Era
un trapo que utilizaba mi madre
para
limpiar los muebles.
Los
árboles se convertían
en
fregonas con pelos
para
borrar las huellas
de
ciertos inquilinos
que
venían de un mal viaje.
-En
verdad los inquilinos eramos nosotros-.
Porque
una mirada de niño
siempre
tiene una madre
aunque
sea una mirada
arriesgada
al vacío
que
se va haciendo
dentro
del niño inexperto.
Poco
a poco mi cuerpo se hizo adulto.
Todavía
alberga
esa
mirada de niño
que
ve como las nubes
paren
copos de nieve
cuando
viaja en el trineo de cristal.
LA
COMITIVA.
Traslada
la muerte
y
abre la puerta.
La
misma ventana
sin
cristal que refleja
el
cuerpo ausente.
La
misma mano
que
rompe el cristal
y se
traga el espejo
del
cuerpo ausente.
La
misma muerte
que
deja el cuerpo
delante
de la puerta
que
jamás abrió.
VIDA
He
llegado a la playa
de
la vida.
Estoy
en silencio.
El
olvido recorre
cada
grano de arena.
Los
recuerdos
se
adentran en la pleamar
y
contemplo el mar
despegado
de su color.
Abrazo
un cielo azul
en
un horizonte no lejano.
Sé
que mi mirada se perderá
que
mis ojos serán espacios ciegos,vacíos,
un
desierto dentro del reloj de arena.