martes, 29 de septiembre de 2020

domingo, 12 de abril de 2020

PROPÓSITO DE FATIGA










PROPÓSITO DE FATIGA





Gregorio Ojer 1999-2019


Sin tiempo

Rompe el silencio
en un cubito de hielo
La luna contra el cristal
anima al borde
a realizarse en nieve.
Alguien golpea la puerta.
Las llaves se funden
como la luz en un rayo de sol
acabado.
No hubo pisadas textiles
ni equívocas huellas.
Sólo el martilleo
de un piano abandonado
en los labios de un niño fascinado
por la desaparición.


































Reventamos las paredes


Perseguiré los rastros de los charcos
no hubo desierto
que calmó mi sed.
Sigo en la lluvia seca
entre nubes transparentes
y cedas al paso,
en un stop de nombres.
Así se hizo el cristal
entre baldosas de callejuelas
de Barbastro, Huesca, Tamarite
sobre lagos de legajos sin pieles
entre hostales baratos,
donde las vírgenes y los santos
no tenían lugar.
Tal vez en aquella puerta
que abría un muro
de miradas libres
existimos.
































Ideas de un taller

Mi padre murió
en mi pastilla de dormir.
No Hubo ventanas abiertas
o cerradas.
Sólo un cristal de sueños…..
Me despertaron los años
vividos.
Tuve la pesadilla de la vida.
Vivir sin respirar
vivir con una nariz
pegada al espejo…
todas las mañanas
cuando se levantaba
la luz y la oscuridad
inundaba la distancia
programada por tiempos
inexistentes.
El reloj marcó la hora
y los minutos de un hálito sin boca.
Quizá no te vi
quizá la piel no se organizó
entorno a tu agonía.
Quizá los hijos de sangre
no son hijos de vida.


























Apuntes bursatiles


Los paraísos en las macetas
resuelven algoritmos.
Tus ojos eléctricos
nombrar lluvia
y bocas abiertas.
Barro el barro de la vida
en un clic de párpados
informáticos
y no tengo ganas
de ganar ganancias
abandonadas a una falta de pieles.
Bajo el camino de piedra
se esconde el desnudo de la tierra.
Bajo tu boca
ajustes de labios sin puertas.


































Sin noticias


Cierro los ojos
los ojos de las alambradas
los ojos desolados
por las cuchillas
los ojos de pateras
hundidos en nuestros cuerpos
sin mar.
Cierro los ojos
en nuestras bocas señaladas
por las creencias apañadas
para que todo siga igual.
Cierro los ojos
por aquellas que un día
vendrán a preguntarnos
qué hemos hecho
con nuestras vidas
sin vida pero con sal.
Cierro los ojos
por los cuerpos sumergidos
entre montañas sin piedras
entre caminos sin laderas
entre ríos sin orillas
entre cortinas de metal.
Cierro los ojos
nuestros ojos de abismos
nuestros ojos disfrazados
nuestros ojos cobardes
en nuestra pleamar.
Cierro los ojos
por haber vivido
por haber resistido.
















1


Tal vez los paisajes
no existan.
Tal vez mi nombre
no sea tu nombre.
Tal vez el espacio
no sea tiempo






2

Las vistas son acantilados
y los dados se rompen
en vidas quemadas.
La luz señala una ala partida.

































POE


La mesa no está
para vasos vacíos
ni estrellas en bancos
suicidas.















































RUFINO

No hay nombres
en el humo
de tus cenizas.
No hay tiempo
en el aleteo
del desengaño
No hay horas
que mueran
en sus minutos.
No hay cortesía
de mi lágrimas
cuando anidan en la tierra.
Las palabras como la lluvia
secan mi memoria.
Tus ojos verdes
se quejaron de este desierto.
He cambiado tu ataud
por un diccionario
sin nombres
por un mar
muerto de olas.
No hay molino
que señale tu estrella.

























1984. (Entre aceites)


Llueve en un gota
de cristal.
Llueve y no hay
reflejo en las nubes.
Llueve hacia un cielo
desaliñado en mis zapatos sucios.
No hubo huellas
eclosionando en tus
alas de mariposa.
No hubo fantasía
en aquella celosía de plumas..
sólo hubo realidad
reflejada en los charcos.





































Anti-Biedma

Arañé tus uñas
de porcelana mediterránea
en un playa de salitre.
Supongo que no estuviste
nunca contigo como lo estoy yo.
Las palabras no son amigas de los sobrios.
Seguiré tus verbos.












































METAPOESIA O MIRAR DE LADO AL ALBUR.



Abrimos puertas entre algoritmos
para cerrar ventanas sin istmos.
Perdemos llaves suspirando
en los buzones…
sin embargo late el azar entre un gato
negro y la piedra desnuda.
Dejemos que el tiempo
aprecie este arrecife.







































ESTROFA SIN FINAL


las raíces son ojos de la Tierra
las señales
de mi desaparición













































MAPA EN BLANCO



La lluvia resbala
parece que todo está en calma,
inmóvil a la marea de imágenes
que sobreviven cuando respiras.
Nada será igual
cuando percibas
que la lluvia eres tú, fragmentado,
entre nubes y Tierra.
Entonces el miedo
no tendrá cabida.
Sabrás que la penumbra
es el destellos de la desaparición
en ese mar inmóvil.
Un pequeño latido
dentro de miles de gotas
intentando hacer música
con los labios.

































PRECIPITACIÓN


Lluvia a séis kilómetros.
Tu cuerpo es nube.
El abrazo cercano
a una aproximación de cuerpos
presenta el disfrute de una luciérnaga
con el sol.
El aroma del MareNostrum
es amistad y líneas delimitadas
en la espuma.







































RECUERDOS CON RIMA


Recuerdo una jeringuilla
en mi mejilla
y mirar después tras un virilla.
Recuerdo nadar entre colillas
y ver una coronilla
sin pelos pero con barilla.
Recuerdo un mono
con un moño
sentado en la plaza
de Salamanca
y dentro del vaso
una salamandra.
Recuerdo cuando te fuiste
sin chiste
en un ataud
con ruedas
entre una cuerda
colgando jamones y limones
sin ruiseñores.
Recuerdo una silla vacía
y una encina
comiéndose la hierba
y una cecina.
Recuerdo tu sonrisa
con la poesía
entre palabras e ironía.
Recuerdo que era filosofía
que era sofía
atada a la sabiduría
de un día gris.



















EL HALLAZGO


Hice un hueco
en la arena
y el mar se despidió.

Tus ojos recorrían acantilados….

Ellos sabrán
donde acaba
la espuma
y donde acaba
el mar.


Eran las 4 de la tarde
y el mundo vivía
a espaldas de nuestra espalda.
Siempre pensé
que ignoraron la señal
de aquellos ojos.






























PERMANENCIAS


Usé el lavabo
no salieron dioses
del grifo.
Entonces pensé
que tal vez
el mar
es finito
como el cielo
en mi ventana.

(dijo ebrio entre arrecifes de cristal)

No me comas la vida.
Enciende el mechero
para iluminar al sol
en esta noche de luna llena.
Y el polvo
convirtió en cenizas
los años anteriores.






























MALDITA TARDE.

1

Malditas tardes
de cenicientas satisfechas.
La ducha no funciona
en la lluvia
y la tarde clarea
en el cristal.
(ya sabes)
retrocedería
en mi disfraz
pero el pasillo
es largo y frío.


2

Lo demás está lejos
en tus dedos
es esa palabra sin labios.
No hay tiempo
para tanto espacio!


























ESTANCIA

1.

La nada
de un latido
apenas deja ruido.
Nadé en el río.
Construí pagodas
sobre una alfombra de alambres.
Abracé lo invisible
de una castaña.




2.


La palabra acecha al lago.
Parma fue una herida.
No hubo vías de regreso.
Apareció Pound entre cisnes.
Recordé que Lisboa se construyó
sobre los huesos anarquistas
del banquero Pessoa.


3.

Contemplo
el monte frío
la lenta paz,
la cumbre…..
mas volvería
a andar
el mismo camino.
A amar la misma tierra
honda y desposeída
apasionadamente
la misma incertidumbre.











COSTAFREDA


Es el hilo del frío.
Es la noche
consumida.
Es el día que se retira.
Es la puerta
que ni abre ni cierra.
Es un cristal
que te mira.
Es nada.
Son los hijos del no
que padecen la palabra.








































PLENITUD


El vacío que deja
la piedra en los dedos
desobedece a la palabra.
La vida son unas vacaciones
entre un vacío de origen
y una nada final.
Mientras la arena
cubre nuestros ojos
en un intento inútil
de deletrear aquello que perdimos
desde el principio.







































MACHADO



Las babas de caracol
señalan el camino
del cementerio.
No hay huellas
en la cigüeña
que crea el camapanario.
Las golondrinas construyen
fríos inviernos
en un Duero poquito soriano.
Pasados los peces
que anuncian la primavera
apenas un corazón
esconde la miel
de la ilusión.
Fue el llorar
de un hogar,
el dormitar de la miseria.
Fue la flecha
del discurrir
o el huso de un alimento sin lecho.




























ELOGIO DE LA LENTITUD

Esquivamos cuerpos
retrocedemos antes los espejos.
El impulso de las aguas
rehacen lo ríos.

(La información es la diosa de la mentira).

El viento sombrea las hojas caídas.
No hay océanos
en los confines de nuestra piel
poblada de quimeras.
Recuperar la rutina
perforar el espacio muerto
entre los dedos que caen en la fosa de las palabras.
Grietas de olas sumergidas
en un diseño quebrado
por la indecisión.

Cuelga la estela del barco
sobre una escalera de cuerpos.





























EL VIAJERO



Andamos entre espejos
nuestros ojos son caricias
de baldosas de cristal.
Respiramos vacíos.
Exhalamos espacios
que nunca existirán.











































NO HAY PREGUNTA

1


Debiera escuchar
la hierba que trepa
por la roca.
Despreocuparme
de las ventanas
que alisan el cielo.
Abrir algún libro
ya redactado
en la lejanía de los años
y observarcomo mis dedos
se extinguen
intentando atrapar
la misma roca.



2.

Dentro y fuera
del viento
el aire se convierte
en respiración.
La realidad contrapone
su hilo de fantasía.
No hay armazón
en los baúles inmateriales
de la niñez.
Como no hay azul
en la gárgolas
de mis labios.
















BALDORBA. 1986


El inicio y
el final
entran por
los ojos.
El inicio señala tus ojos.
El final
mis pies sin despojos.
Los dedos
pintan el cielo.
Siembran de tierra
la piedra yerma.
Mis pies sin dedos
se acostumbran
a desaparecer
entre árboles de cristal.


2.

Tendremos que cortar las cortinas
del cielo
para ver los cristales de las raíces.
Tendremos que cortar
los nombres
para señalar las palabras.























PAGANA SEMANA. 1980

Los pies pretéritos
anuncian huellas futuras.
Hay fuegos que arden
en sangre de hielo.
Cuando el olvido
se cubre de basalto
los encapuchados
deslizan sus súplicas.
Tañen las pestañas
sin badajos que atormentar.
El sufrimiento es trivial
entre la abundancia de clavos
y la men ta cio nes.
Un niño blande un martillo
que golpea el velo
de una tormenta lejana.





































PASEO SIN LUZ

1.
Lejos de encontrarme
a la intemperie de las primeras nieves
regreso descalzo al calor de la piedra.
Sé que no existiré
cuando comience el primer aliento
de la mañana.
Sé que no tendré voz
cuando la primera palabra
se ausente del bosque


2.

Veo al mundo
deshaciéndose en un nudo.
Es el mudo el que halla las palabras.
La vida es una persecución
de uno mismo.
No hay nada:
ni nombres
ni fecha de nacimiento
ni de defunción.
Paseo con los dedos gélidos
sobre un río bañado por miles de orillas
dentro de un aliento sin boca.






















VACANTES ENTRE BACANTES



Es en vano
que tu mano
desdiga las palabras
apalabradas con las brasas
de estos ojos.
Es corteza de cristal
entre bosques oscuros y fríos
en mis dedos dionisíacos.
Es en vano
que las hojas en otoño echen
anclas en tu cuerpo.
El hastío es un río ardiendo.
Cuando el crepúsculo
deje de contar estrellas
volveré al alquitrán
de un cuerpo sostenido
por alambres.





























CANCIONES DE LUPANAR

1.

Entre cortina cortina
un humos fino
recoge las cenizas.
La piel no es de oro
y las uñas de plata fina
rasgan el néctar
de una gélida ninfa.
La campana desoye
el grito irritado
de Afrodita.
Su alma depravada
recolecta vírgenes marchitas,
hermafroditas.
¡Ay amor de cristal!
¡Ay concupiscencia enfebrecida!
¡Cómo insuflas el viento de la edad!
¡Cómo pudres
lo que vendrá y nunca aparecerá!

-Entre cortina y cortina
la grieta de una mano
abre el veneno prodigioso
del destino-


2.

El destello de la vida
que es cansina y huidiza
alumbra aquello de lo humano
que es grieta procaz en un fuego desigual.

No llores en la demora
de la impostura.
Nadie es el que recita
Nunca, el veneno de la identidad.















APOSTASÍA DE LA IDENTIDAD



La cultura es la apostasía
de la identidad doblando
el espacio que habita.
Mientras, el tiempo
construye el relato
de la diferencia.
La supervivencia pende de un hilo:
madeja de intestinos
cristalizados en charcos
de Nombres.




































Solipsismos


Mastiqué piedras
y reclamé ruinas.
Mis manos dibujaron
lineas.
Mis ojos observaron
partículas vegetales.
La juventud arrancada
a la inacción
en un quiebro de estaciones
sin hogar
convertida en fiebre
depositada en un combate
de brumas y desapariciones
se aleja en reivindicaciones
efímeras,
entre gritos capaces
de añadir más silencios.

































EVASIONES


hoy el viento
ha sido evadido.
La torre del porvenir
se renueva entre orquídeas
y sonrisas.
Casi sed ahogó el agua
entre las burbujas que dejaban
las nubes.
Ver pasar un volcán
es acumular refugios
y reptar entre tribunales
y zarzas.




































Apreciaciones culinarias entre pensamientos de bajos vuelos.


Estoy perdido,
perdido en el centro
de un plato de alubias.
Vago poir el cielo
cocinando estrellas
que ya no existen.
Las palabras retozan
entre migas de pan
como nubes silentes
en pos de un postre
de bombillas galácticas
y anuncios luminosos
cosidos al tiovivo
de tu boca bulevar.
Espero la respuesta
pegado a esta alfombra mágica
que surca dormida
un callejón sin salida
que no es vida ni salida
pero sí el pensar
en este deambular.




























POEMAS SUBACUÁTICOS.


Condenada espiral
en la madera.
La vi por última vez
dentro de la piedra.
Refugiada de los humanos.
Sin manos
amasó los dedos del tiempo.
Recogía espacios mutilados
y cuerpos carcomidos
por la esperanza.
Sin miedo borró las huellas
que traicionaron su existencia.
Respiró el vacío
y su sonrisa se resolvió
en grieta


































LA SOLICITUD


El tiempo no existe.
El espacio
es ocupado.
Quedan
dos
segundos.












































DESPEDIDA

Arroja el mar
el agua que quedaba.
Aferra su mano
la arena convaleciente.
Había espuma petrificada.
Lo sueños se volvieron espejo.








































La brevedad

1.
Aterido por las estrellas
arrobado por ese instante
que no se deja atrapar…
El tiempo está de vacaciones.

Dibujo arco iris de otoño.
Veo morir las hojas
que regresan a la tierra.
La noche desaparece
en un nocturno sin aliento.


Dirijo la sangre del sol
para plantar jardines
breves,
pero deseados.

2.

Hubo una cabalgata
de montes desnudos
atardecía y el sol se mecía
sonriente.

La fragilidad celeste
de unos labios
y la prudente humedad
de las orquídeas ausentes
cubrían el espacio
dejado por la luz.

La muerte es frágil
en estos paisajes subacuáticos.


3.

Tuvimos la oportunidad
de nombrar el mar.
Tuvimos la opción
de rechazar el clamor
en un día de lluvia.
Tuvimos el regreso
a un exceso de palimpsestos.
Tuvimos la opción
de esa pasión que mueve mansiones vacías
y papeles quemados



ACERTIJO


El pez
que no es pez
es escama
en mi boca.
Las escamas de mis labios
crean peces sin pescado.
El pez que no es escama
resuelve el silencio
en el agua.
Es el agua que desocupa el pez
la que crea los labios
en la escama.







































LISBOA

Hay cielos
que no necesitan el azul
como sombras sin luz.

-el aire refleja la piedra-

Tuvimos la oportunidad
de los dedos.
Supimos que la fatiga
provenía de esa habitación vacía.


Y siguieron los propósitos
de nuestros cuerpos,
entre aciertos e insomnios.
































TRÍPTICO PARADÓJICO

1


Voy a morir
tengo la sensación
de vivir en la muerte.
La abrazaré
con la uña de carmín.
Voy a morir
dentro de la muerte
dentro de un caracol.
Recogeré la babas
en un ángulo imperfecto.
Voy a morir
es tu sensación.
Sobreviviré en un mejillón
que no tiene mar
dentro de tu cuerpo.




2.

La puerta no abre
no hay espacio para el cristal.
El cristal recoge el aliento de su nombre
pero el calor deshace el vaho.
Subraya el cristal sin nombre
y abre la puerta
que no abrió el tiempo.



3.

Hubo para parar el tiempo.
Hubo un espacio sin puertas.
El sol se asomaba
detrás de la luz.
No había ojos ni manos.
Sólo dos dedos acariciando
un cielo que se perdió.








VIDRIOS



Volveré a respirar.
Volveré de la nada
y tendré la certeza
de vivir en una pereza
de vestíbulos.
Fue la calle
la que dejó tu barniz
en la piedra.

Vivo en la descripción del aliento.


Ese límite no agranda la muerte.



































LOS VIENTOS SIGUIERON SOPLANDO

El olor a podrido
de las hojas
se fue formando
en el cadáver del padre.
Bajo la hierba
sus labios daban vuelo
al aire.
Un aire de julio
un julio de canícula.
Subían los ojos
detrás de mis pestañas
enraizadas en sus manos.
Bajaba el tiempo
como la puerta de un taller
de cuerpos cumplidos de promesas.
Y así me visitaron los recuerdos
armados de retratos vacíos
y coches desvencijados.
Yo dentro de la fosa
construía puentes de aceite quemado
negro como el vino
que guardabas entre mantas
cuando la caza era la excusa
para ser paisaje en soledad.
Y te vi muerto.
Y te vi volar entre cenizas
sin alas
entre sembrados y páramos
en un cielo verde
como tus ojos.





















FILTROS

El calor necesita
respirar
el último charco
de barro corporal
o remolino boreal
en una espiral
desbaratada
por la espuma
de un gusano sin seda.
Entre el lodo
surge la pérdida
de boca
parecida al sudor
de un Adonis
sin silueta.



































LEVANTAMIENTOS



Algo como una nube
en una taza torpe
de un lunes sin aperos.
Así los dientes
mastican el espacio
sin regreso,
entre risas el hueco
hace frente a un asalto
de lluvia.
La brisa de la vitrocerámica
deletrea amaneceres.
Otros días dibujaron
la retirada de lo humano.
Habían entendido
que no hay final
en el simulacro,
que apenas los niños
nombraron al viejo patio.































ENTRE GUADAÑAS ANDAN LAS ESPAÑAS.


El sello del cielo
estremece la cuerda
de nieve.
Detrás de las hojas
existe un otoño
que tensa las pieles
de una historia de hambre
y muerte.
Guarda las huellas
en sus zapatos detenidos
por el rocío.
Su boca en la tierra
acabó con el tiempo apocalíptico
entre salones de basura
y descompuestos ideológicos.
Sólo uniformes
golpeando
su cuerpo líquido.































MADRID 1989.


Hubo palabras de tiza
en muros que cierran callejones.
Salidas que fueron errores.
Contrastes de cuerpos rendidos
entre mariposas de cristal.
Graffitis de vaho,
reverencias suicidas
y respiraciones agónicas.
Una fina lluvia
bailaba en el horizonte.
Espacios sin bellas artes
y dígitos de labios
volando entre números,
inyectando exhalaciones
en coches fúnebres.
Entonces vimos que el sol
nunca salió.
Que detrás del cristal
no hubo tiempo retrocedido,
sólo fósiles nostálgicos
dulcificados por nuestras antorchas.



























LOS RENGLONES TORCIDOS.


La muerte es una mano consciente
que alegremente se dirige hacia otros.
Me quedé dormido mientras caminaba
hacia la enfermedad que es el ser humano.
Narré con el barro
las piedras
que iba dejando
la noche.
La dificultad de tener una mirada clásica
me hizo pensar
que el abismo lo tenía en la suela de los zapatos.
Pero manipulé el desasosiego y lo envolví en un caos de
nombres.
Los mismos que persiguen e interpretan a su antojo
mi existencia
sin códigos.

































FINGÍA ESTAR VIVO.

Sentado en el ala
de aquella mariposa
que viaja en mis entrañas
exhalé ingravidez
y unas cuantas cervezas
se desparramaron
acariciando mi garganta.
El humo provinciano
olía a incienso viejo
a carcoma fantasmal.
Casi la castración
se hizo púlpito
heredera de las llamas
estrafalarias
de mi último cigarro.



































RECUERDOS DE DESATASCOS MENTALES.1995

La sala vacía
entre una llama de colores
haciendo zigs zags aburridos.
El experto en desapariciones
se encontraba presente.
Me sentía como un hueso sin músculo
como un extraterreste posado
en el pétalo de una amapola.
Los rayos reciclaban
los aullidos del sol
que esquinado hacía su aparición
entre interrogantes fáusticos.
Todo era interactivo
hasta la imbecilidad irradiada
por el que nunca desparecía.



































EL ERRANTE PROMISCUO. 1990



Gimió sin responsabilidad
sin aprobación
sin horas señalas
sobre un adorno.
Sin crematorio
sin disimular
sin un entierro irrefutable
sin simplemente sin aliento.
Parecía un concilio
cuestionando el paraíso
de dos cuerpos bebedores
de desnudos.




































LA ERRANTE PROMISCUA.


Cacé mariposas
con tu tela de araña.
La puerta se agitaba
con el frío de la mañana.

Llovía sobre un cubito de hielo.


Fue entonces cuando todo apareció
ralentizado..

Tu boca sobre el cristal.

El espejo roto.

Y el viento agitando mi mano
retenida en el vacío.
































NO YO O Y


Lo hacen extremadamente
difícil
cuando las soluciones
de dos cuerpos no entienden
de aproximaciones.
Cuando las respuestas
tienen que ver más con un estado de silencio
que de articulaciones de lenguas.
Cuando definitivamente
todo pasa por masticar la realidad
y seguir mirando hacia adelante.
Lo hacen sin saber
que los límites de los cuerpos
señalan las extensiones
ya desaparecidas,
nunca señaladas
por un miedo atávico
a perder la identidad






























SIN FRONTERAS



Dejé de escribir
para escribir.
Dejé la palabra
para entender la palabra.
Dejé el silencio
para escuchar el silencio.
Y aprendí que lo absurdo
es el sentido común.
Que lo común se teje en la afrenta
y el sentido en la vanidad.





































CIERTO OTOÑO



Recuerdo que era otoño
cuando las nubes
parían copos de nieve
y trineos de cristal.
La mirada de niño
hacía tambalear al mundo
porque el mundo en una mirada de niño
deja de ser mundo
para ser copos de nieve y trineos de cristal.

La luna no era luna.
Era un trapo que utilizaba mi madre
para limpiar los muebles.
Los árboles se convertían
en fregonas con pelos
para borrar las huellas
de ciertos inquilinos
que venían de un mal viaje.

-En verdad los inquilinos eramos nosotros-.


Porque una mirada de niño
siempre tiene una madre
aunque sea una mirada
arriesgada al vacío
que se va haciendo
dentro del niño inexperto.

Poco a poco mi cuerpo se hizo adulto.

Todavía alberga
esa mirada de niño
que ve como las nubes
paren copos de nieve
cuando viaja en el trineo de cristal.















LA COMITIVA.


Traslada la muerte
y abre la puerta.
La misma ventana
sin cristal que refleja
el cuerpo ausente.
La misma mano
que rompe el cristal
y se traga el espejo
del cuerpo ausente.
La misma muerte
que deja el cuerpo
delante de la puerta
que jamás abrió.


































VIDA



He llegado a la playa
de la vida.
Estoy en silencio.
El olvido recorre
cada grano de arena.
Los recuerdos
se adentran en la pleamar
y contemplo el mar
despegado de su color.

Abrazo un cielo azul
en un horizonte no lejano.

Sé que mi mirada se perderá
que mis ojos serán espacios ciegos,vacíos,
un desierto dentro del reloj de arena.