LA CAÍDA DE
LOS VELOS MORTALES
E. Pound
La página
que duerme
Entre tus
dedos
Acaricia la
página en blanco
Veo la marca
del tipógrafo
Cuando
respiras hojas
Que sueñan
en otoños imposibles
La tierra
prefiere cultivar la tierra
No razones pletóricas
que sangran
Las manos.
Máscaras de
nubes
Ojos
encendidos
El asfalto
es parte de la piel
El paisaje
ausencia de latido
Grieta de la
frontera
Empuja el
tiempo
Y como un
ruiseñor
Escribe
nombres
Sobre la
piedra
Vuelven los
días dormidos
Entre
sábanas de cristal
Palomas de
alas rotas
Visten de
azul los cielos
La lengua
señala la profecía
Hoy es
residuo
Mañana
prepararemos el mundo
En un sello
de fuego.
Quemaron las
palabras
Bajo la
lluvia
Arrastraron
el légamo
Volvieron a
reconstruir los castillos
No pudimos
ver al tiempo
Cuando
dibujábamos estrellas en el río.
Quizá la
piel fuera árbol
Quizá la
llamada de la tierra
Estuvo
preparando la rebelión.
Cuelgan
manifiestos de crímenes
Sobre
estrellas flotantes.
El remolino
del mundo
Desaparece
entre tormentas de cobre
Surgen
geiseres de las alcantarillas
Parece ser
que la esperanza
Es el rencor
del miedo
La oscuridad
arrastra a la historia
Hasta el
hospicio de piedra.
La vida
amuebla a la muerte
La
habitación vacía mi espalda
El
ferrocarril de arena
Construye
cabañas en un característico
Acantilado.
Vuelve la
infancia a la tierra
Hay notas
sostenidas.
Siluetas de un
bello amanecer.
Se deshiela
la casa bajo mis pies.
Quiero
informaros
Que el ser
humano
Ya no adorna
la vida
La muerte
esmeralda
Se ha
apropiado de su conformidad
Quiero
informaros que los territorios
Se han
evaporado como bestias aspirantes
A dioses
autófagos
Quiero
informaros que el hambre
No es
identitaria
Que la sed
de justicia
No es un
charco pestilente
En medio de
un frontispicio
Que la
violencia no es la prolongación
De nuestros
abrazos…
Quiero
informaros que seguirán los rituales
Supurando
sangre
Hasta que la
herida escriba su historia.
Camino
sigiloso
La acera es
la vía láctea
Piso
estrellas muertas
Caen duendes
de los árboles
Hay ventanas
sin fachada.
Poder morir
Sin nombre
En un golpe
Repentino
Por un
verdugo
Políglota
Que cuente
las horas
En una zanja
El tiempo no
existe
El otoño
golpea a los árboles
El invierno
adormece
La primavera
nombra lo que surge
El verano es
la garra helada en la corteza
Llegué tarde
para el tiempo
Como la
ceniza temerosa del fuego.
Voraz el
cuerpo
Ramifica la
lluvia
El placer
arremolina tormentas
Llueve
lluvia acida sobre cuerpos-ceniza.
La bañera
tranquiliza al desagüe
Es la fuente
de cobre
La que mece
el soplo de la cortina.
Vestido
Abordo al
reloj
6:30. Ring,
ring, ring
La puerta
golpea
La onda del
cuerpo
La puerta
golpea
Al
despertador
El tiempo
inmóvil planta orquídeas
Y drena
harapos
Y
espumarajos.
Casi la
respiración juega con el aire
Casi disfraza
al rayo camuflado por el sol.
Se ha muerto
la cortina.
Me di cuenta
cuando desclavé
El tronco de
la almohada.
Cuelgan
árboles
En barras de
bar
Las luces
atracan
Ferrocarriles
de alcohol
Hay briznas
de labios secos
En medio de
chozas sin piel
Como bocas
de piedra
Masticando
praderas cautivas.
Hay noches
que pasan sin tocarse
Que dejan
lastres de estaciones
Rotaciones
de lenguas
Hierros
desnudos que muestran preludios
De cometas
en busca de hielo.
Levanté la
tapa del inodoro
Y me elevé
hacia la oscura garganta del sifón
Conocí al
pánico
Que llevaba
agarrado a la desidia
Encerrada en
un detritus octogenario.
Sonó la
trompeta de la hipocresía
Y comenzó la
lluvia
De residuos
formales
Descendiendo
hacia la planta potabilizadora
Recién
inaugurada
Incapaz de
filtrar
El légamo de
tanto vacío
Entonces
comenzó a construir
Mástiles
para naves de piedra
Y hojas que
transportarán
A la
primavera
A una quinta
estación por acordar
Decidió
deshojar
A lo humano
de tanto cálculo
E invitó a
las grietas del tiempo
A dibujar
enjambres de abrazos
Y dedos
señalando cielos a medio hacer
Sólo me
separa del umbral
El brillo
del cuchillo
Y unas gafas
empañadas…
Si pudiera
rescatar la disposición de las cosas
Tal vez
recolectaría
Objetos inservibles
Los únicos
que nos dicen
Hacia donde
debemos dirigir
Nuestros
pasos
Lánzate por
la ventana
Y recoge las
hojas del otoño
El frío
entrará por la puerta
Como un
mendigo pidiendo asilo
El cuerpo
hendido
Arrastrará
la arena
Que dejaste
en los zapatos
Aquel día de
mil novecientos noventa y……
Tu boca
embalsamada
Recorrerá las alas de un ángel salvaje
Que
clarividente construyó
Con el resto
de tu piel
Ese otro
equivalente
A una ruleta
bucólica
Y todo
acontecerá
Entre las
rejas dactilares
Entre los
incrédulos barrotes
De las
palabras
Y un rumor
de márgenes
Enloquecidos
hará el resto
Y dirán
labios turgentes
Y musas
residuales
Y dirán
posible inspiración
Y
acantilados furtivos
Y dirán
mundo boquiabierto
Y alegres
colegiales contagiados
Por el amor
Y dirán
tabiques adormecidos
Y enjambres
colgados de las ojeras
Y dirán
belleza desterrada
Soledad
contemplando el fuego
Del torrente
Y dirán
odio, lamento
Y tormenta
enrojecida
En la
aventura
Y dirán
danos tu rostro lívido
Y tu lengua
de equívocos
Y dirán abre
la esquina
Del
movimiento
Y el mármol
pesado
De los
verbos
Y dirán
¡Adiós! Mañana
Será otro
día
Y la mujer
seguirá en silencio
Derritiéndose
en caligrafías invertidas
Y
dirán… Entró en su vientre
El azul del
mar
Y dejaron de
golpear las olas
Su cuerpo
debilitado.
El viento
respira
Latidos
desterrados
Así el
silencio del frío
Arropa las
estrellas sin memoria
Volverán los
hijos del no
Entre la
herrumbre
Frágiles
como flechas
Apuntando a
un mundo
Distraído y
abandonado a lo invisible.
El tiempo
sin tiempo
Dientes de
cristal, ojos marinos
Pestañas de
metal, uñas de arena
Tu cuerpo
rechina rumbo al mar
Manos de
pétalos, dientes de cristal
El tiempo
Sin tiempo
Viento
Mistral
Arcoíris de
miel
Acróbata
nocturno
Corazón
invernal
Bailaremos
al son de un vals
Que muere en
nuestras manos
Rompen las
nubes
Hay frio en
los rastros ahogados
Serpientes
azules
Ratas que
nos roen el rostro de arcilla
Seguiremos
bailando
Entre
espejos
Que comen
imágenes
Seguiremos
bailando
Con nuestros
cuerpos rotos
Y labios de
tierra y sal.
La silueta
de un anciano
Caminando
entre la multitud
Desprende
versos
En cada
huella que borra
Envuelto en
el velamen
Avanza con
lentitud
Hacia la
quietud
Su piel
señala
La nieve
Ancla las
palabras
Naufraga su
lengua
Entre
cometas azules.
La tierra
cerrada,
Susurra los
barrotes
Que
atraviesan libres
El cielo
Queda
embalsamado
En remolinos
baldíos
Habrá
noticias que dejó su vacío
Mientras
duerma el silencio.
Corrieron
hacia el infinito
Y se volvieron
sobre nuestras bocas
Se fueron
Volveremos
sobre sus accesos cosidos
Abriremos
puertas que jamás fueran abiertas.
Y la música
dibujará bosques
Sobre
nuestros cuerpos mutilados.
Llega el
paraíso hedonista
Respiro la
urgencia
De un manto
de estrellas
En la
ventana semiabierta
Los faunos
golpean las flores
Recorro la
esencia del vuelo de la mariposa
Y la
hojarasca me cubre hasta dejar
Los nombres
sobre las ramas
En un cielo
abierto.
Sueño y
giran los sueños
Entre piedras
y brisas
Que esperan
el aliento de mi boca
El viento
golpea el parabrisas
De un cielo
que hunde el azul
En flores
bailando con parachoques
De hollín y
resina
La noche
recoge
Besos en
busca de abrazos urgentes
Entonces
respiro
Cada trozo
contenido
En el sueño
que gira y gira
Entre
piedras de hielo
Y todo
cambia de sentido
Bato las
olas para recuperar
En vuelo de
las luciérnagas
Llega el
aire
Dibujando
espacios
Apresados en
la burbuja
Del desierto
atrapado
En el
escalón de sábanas de cristal
Levanté al
sol
En un giro
de cuerpos
La lluvia
germinó
Confundida
con la luna
Microscópica,
colgada
De nuestros
andrajos
Recuperé la
parada
En orillas
de madera
Entre el
gozne de aquella estrella
Que abrió el
cielo de par en par.
Roto el
cristal
Fueron
recopilando fragmentos de espejos
Vuelve el
silencio
Entre los
dedos
Como vuelven
tus ojos
A horadar
La hoguera
de las bocas
Se ensanchan
las estrellas
En un ovillo
de falsos mares
Disparando
olas sobre la espuma
De tu
espalda
Recupero raíces
Dentro de
prismáticos
La pantalla
encuentra los colores fundidos.
El camino
rueda oculto
En mis
zapatos.
Lluvia de
Abril
Vaga lluvia
de gasa de nieve
El cielo
gris adormece
El canto de
los pájaros
Sobre la
piedra los gatos
Mantienen el
gesto decorativo,
Realizan
música rozando
Sus bigotes
con gotas biográficas
De otras
tormentas
Chirría la
puerta
Lame mi mano
La madera
quebrada
Displicentemente
en el anfiteatro
De la cueva
Se acurrucan
los caracoles
Y entre la
hierba recorre
Un escalofrío
de colmenas.
Se exhibe el grito
Inútil, vociferante.
Los dientes de la tierra
Mastican las órbitas de los idiotas.
La debilidad de la luz
Cansa en la inmovilidad de las olas
Giro los pies.
Entendiera la hierba
Sobre dunas de cristal
Devoradas por las tejas
De este cielo sin cerradura
Entendiera que las islas navegan
Sin remos sobre olas de piedra
Entendiera la vida
Como un arrecife acróbata
Entendiera que todo pasa
Por la delgada línea de un paisaje
En construcción.
El abuelo cosía
Los calcetines a sus pies
La vieja colcha ocultaba el alquitrán
Y los rascacielos jugaban con los rayos del sol
Yo miraba al orinal
Como un huracán arrogante
Y meaba en la orilla
De las estrellas.
Ese mechón blanco
Dibujó mi vida
En un nombre que busco
Se postran las palabras
En la luna
Despierto en un plato de sopa
Descuelga el sol los anillos
Del deseo
Surge el cráter de la palabra
El torrente de pieles
Tropieza con estandartes malogrados
Hay alas que no sirven para volar
Se hunde el mundo
Ensancho el silencio
Veo migrar
Los días
Entre cielos
Extenuados
Entre el fragor
De los muros
Y los insectos ahuecados
Por el vómito de tormentas
Que desaparecen
Mientras el autobús
Asimila los latidos
El asfalto subraya
Silencios y nombres
Los prismáticos de las luces de neón
Padecen los filamentos de la noche
El sin tiempo
Crea estaciones
O corredores de herrumbre
No hay dirección
Ni billete de vuelta
Cuando los mares
Descansan sobre los cristales rotos
De un microscopio sin mirada.
Doblo de vida
Vida inaccesible, inquietante
En su presentación de inmediatez
El presente me aborda
Y construye ilusiones de pasados
Y futuros similares
Aun cambio de viento aleatorio
La falta de atención supera el reconocimiento
Del espectáculo
Como ese pronunciamiento
De lo incompletos
Cuando te falta el aliento
Y sigues en la extrañeza
De que todo ha sucedido
De que nada queda por conseguir.
Las cosas importantes
Son las prescindibles
Las que no se juzgan
Como un niño abriendo ventanas
En una pared en construcción
El cansancio de las gotas
De lluvia
La vieja guía telefónica
El cristal roto
Ciudades sin paisajes.
No hay direcciones
La ilusión arde en lo humano
Los pájaros limpian el espacio
Cuando los jardines
Bromean con su espesura
De hojas de un verano derrotado
Camina la oscuridad
El rostro duerme en una red
De cráneos vacíos
Camino feliz.
Hay árboles deslizándose
Entre mis escamas
Y sigo entre la hojarasca
Amarrados al sendero.
Cuando sientes invierno
En verano
Cuando las hojas de otoño
Cubren la primavera
Entonces el tiempo
Deja de percibir lugares
Y comprendes que no hay tiempo
Para pensar que algún día
Sentirás el olor desnudo
De un cuerpo conectado
A otro cuerpo.
El éxito fue total
Las zapatillas se recogieron
En mi casa de paja
Los cuerpos se integraron
En las paredes
Las risas abrieron las ventanas
Hasta las hormigas
Danzaron bajo la lluvia
En un torrente de desnudos
Apretados febrilmente
Al cortinaje del tiempo
No seremos
El hacer de la mañana
Sin embargo conoceremos
Los pasajes de las olas
Los sueños apagados
En un azul abrazado a la noche.
La brújula se concentra
En el tiempo
Para desorientar a la arquitectura
De dos corazones
Si pudiese aproximar
Aquello que se pierde en los actos
Me reconstruiría en otro
Sin esperanza
Sin historia
En una pérdida de lo posible.
No tendría nada que decir.
Noemas
Los gritos resuelven
La historia perdida
Volcanes de sed
Las estrellas lagrimean
Fuego en contención
Saldremos de la esquina
Del universo.
Siembran uñas y pestañas
¿Dónde los pies?
¿Dónde las miradas?
Un suelo líquido
Coreografía de un torso
Sin sombra
Hay enjambres
En los ojos del que no
Tiene nada que perder
Suspendido el rostro
Sobre vacíos coloreados
La condena de permanecer
En un territorio
Cuando el viento
No recita frases muertas
La luz atrae a los insectos
Tus labios al sol.
La ventana hace al hueco
Como el hueco hace al muro
Como el muro hace a otro muro
Y así hasta la habitación abierta
Que hace cuerpos
Nosotros consumimos peligro
Callamos al cálculo y
Escribimos con tiza:
No se vende una mano
Ni compramos perdón.