Las calles son silencio.
Una puerta abierta.
Un zapato olvidado
después de una carrera.
Las ventanas abiertas para que entre el vacío.
El silencio de los pájaros.
La casualidad de la lluvia golpeando nubes que
eres incapaz de ver.
Esa levedad del cuerpo cuando nada anuncia.
Y esa mirada de niño que está por descubrir
porque dejaste tu cuerpo entre las hojas de
aquel otoño.
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