viernes, 9 de julio de 2021

 

 

 

 

 

LA CAÍDA DE LOS VELOS MORTALES

 

 

 

 Esclavo es aquel que espera por alguien que venga y lo libere

E. Pound

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La página que duerme

Entre tus dedos

Acaricia la página en blanco

Veo la marca del tipógrafo

Cuando respiras hojas

Que sueñan en otoños imposibles

La tierra prefiere cultivar la tierra

No razones pletóricas que sangran

Las manos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Máscaras de nubes

Ojos encendidos

El asfalto es parte de la piel

El paisaje ausencia de latido

Grieta de la frontera

Empuja el tiempo

Y como un ruiseñor

Escribe nombres

Sobre la piedra

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vuelven los días dormidos

Entre sábanas de cristal

Palomas de alas rotas

Visten de azul los cielos

La lengua señala la profecía

Hoy es residuo

Mañana prepararemos el mundo

En un sello de fuego.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Quemaron las palabras

Bajo la lluvia

Arrastraron el légamo

Volvieron a reconstruir los castillos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No pudimos ver al tiempo

Cuando dibujábamos estrellas en el río.

Quizá la piel fuera árbol

Quizá la llamada de la tierra

Estuvo preparando la rebelión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuelgan manifiestos de crímenes

Sobre estrellas flotantes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El remolino del mundo

Desaparece entre tormentas de cobre

Surgen geiseres de las alcantarillas

Parece ser que la esperanza

Es el rencor del miedo

La oscuridad arrastra a la historia

Hasta el hospicio de piedra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La vida amuebla a la muerte

La habitación vacía mi espalda

El ferrocarril de arena

Construye cabañas en un característico

Acantilado.

Vuelve la infancia a la tierra

Hay notas sostenidas.

Siluetas de un bello amanecer.

Se deshiela la casa bajo mis pies.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Quiero informaros

Que el ser humano

Ya no adorna la vida

La muerte esmeralda

Se ha apropiado de su conformidad

Quiero informaros que los territorios

Se han evaporado como bestias aspirantes

A dioses autófagos

Quiero informaros que el hambre

No es identitaria

Que la sed de justicia

No es un charco pestilente

En medio de un frontispicio

Que la violencia no es la prolongación

De nuestros abrazos…

Quiero informaros que seguirán los rituales

Supurando sangre

Hasta que la herida escriba su historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Camino sigiloso

La acera es la vía láctea

Piso estrellas muertas

Caen duendes de los árboles

Hay ventanas sin fachada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Poder morir

Sin nombre

En un golpe

Repentino

Por un verdugo

Políglota

Que cuente las horas

En una zanja

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El tiempo no existe

El otoño golpea a los árboles

El invierno adormece

La primavera nombra lo que surge

El verano es la garra helada en la corteza

Llegué tarde para el tiempo

Como la ceniza temerosa del fuego.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Voraz el cuerpo

Ramifica la lluvia

El placer arremolina tormentas

Llueve lluvia acida sobre cuerpos-ceniza.

La bañera tranquiliza al desagüe

Es la fuente de cobre

La que mece el soplo de la cortina.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vestido

Abordo al reloj

6:30. Ring, ring, ring

La puerta golpea

La onda del cuerpo

La puerta golpea

Al despertador

El tiempo inmóvil planta orquídeas

Y drena harapos

Y espumarajos.

Casi la respiración juega con el aire

Casi disfraza al rayo camuflado por el sol.

Se ha muerto la cortina.

Me di cuenta cuando desclavé

El tronco de la almohada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuelgan árboles

En barras de bar

Las luces atracan

Ferrocarriles de alcohol

Hay briznas de labios secos

En medio de chozas sin piel

Como bocas de piedra

Masticando praderas cautivas.

Hay noches que pasan sin tocarse

Que dejan lastres de estaciones

Rotaciones de lenguas

Hierros desnudos que muestran preludios

De cometas en busca de hielo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Levanté la tapa del inodoro

Y me elevé hacia la oscura garganta del sifón

Conocí al pánico

Que llevaba agarrado a la desidia

Encerrada en un detritus octogenario.

Sonó la trompeta de la hipocresía

Y comenzó la lluvia

De residuos formales

Descendiendo hacia la planta potabilizadora

Recién inaugurada

Incapaz de filtrar

El légamo de tanto vacío

Entonces comenzó a construir

Mástiles para naves de piedra

Y hojas que transportarán

A la primavera

A una quinta estación por acordar

Decidió deshojar

A lo humano de tanto cálculo

E invitó a las grietas del tiempo

A dibujar enjambres de abrazos

Y dedos señalando cielos a medio hacer

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sólo me separa del umbral

El brillo del cuchillo

Y unas gafas empañadas…

Si pudiera rescatar la disposición de las cosas

Tal vez recolectaría

Objetos inservibles

Los únicos que nos dicen

Hacia donde debemos dirigir

Nuestros pasos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lánzate por la ventana

Y recoge las hojas del otoño

El frío entrará por la puerta

Como un mendigo pidiendo asilo

El cuerpo hendido

Arrastrará la arena

Que dejaste en los zapatos

Aquel día de mil novecientos noventa y……

Tu boca embalsamada

Recorrerá  las alas de un ángel salvaje

Que clarividente construyó

Con el resto de tu piel

Ese otro equivalente

A una ruleta bucólica

Y todo acontecerá

Entre las rejas dactilares

Entre los incrédulos barrotes

De las palabras

Y un rumor de márgenes

Enloquecidos hará el resto

Y dirán labios turgentes

Y musas residuales

Y dirán posible inspiración

Y acantilados furtivos

Y dirán mundo boquiabierto

Y alegres colegiales contagiados

Por el amor

Y dirán tabiques adormecidos

Y enjambres colgados de las ojeras

Y dirán belleza desterrada

Soledad contemplando el fuego

Del torrente

Y dirán odio, lamento

Y tormenta enrojecida

En la aventura

Y dirán danos tu rostro lívido

Y tu lengua de equívocos

Y dirán abre la esquina

Del movimiento

Y el mármol pesado

De los verbos

Y dirán ¡Adiós! Mañana

Será otro día

Y la mujer seguirá en silencio

Derritiéndose en caligrafías invertidas

Y dirán…  Entró en su vientre

El azul del mar

Y dejaron de golpear las olas

Su cuerpo debilitado.

 

 

 

 

El viento respira

Latidos desterrados

Así el silencio del frío

Arropa las estrellas sin memoria

Volverán los hijos del no

Entre la herrumbre

Frágiles como flechas

Apuntando a un mundo

Distraído y abandonado a lo invisible.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El tiempo sin tiempo

Dientes de cristal, ojos marinos

Pestañas de metal, uñas de arena

Tu cuerpo rechina rumbo al mar

Manos de pétalos, dientes de cristal

El tiempo

Sin tiempo

Viento Mistral

Arcoíris de miel

Acróbata nocturno

Corazón invernal

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bailaremos al son de un vals

Que muere en nuestras manos

Rompen las nubes

Hay frio en los rastros ahogados

Serpientes azules

Ratas que nos roen el rostro de arcilla

Seguiremos bailando

Entre espejos

Que comen imágenes

Seguiremos bailando

Con nuestros cuerpos rotos

Y labios de tierra y sal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La silueta de un anciano

Caminando entre la multitud

Desprende versos

En cada huella que borra

Envuelto en el velamen

Avanza con lentitud

Hacia la quietud

Su piel señala

La nieve

Ancla las palabras

Naufraga su lengua

Entre cometas azules.

La tierra cerrada,

Susurra los barrotes

Que atraviesan libres

El cielo

Queda embalsamado

En remolinos baldíos

Habrá noticias que dejó su vacío

Mientras duerma el silencio.

 

 

 

 

 

 

 

Corrieron hacia el infinito

Y se volvieron sobre nuestras bocas

Se fueron

Volveremos sobre sus accesos cosidos

Abriremos puertas que jamás fueran abiertas.

Y la música dibujará bosques

Sobre nuestros cuerpos mutilados.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llega el paraíso hedonista

Respiro la urgencia

De un manto de estrellas

En la ventana semiabierta

Los faunos golpean las flores

Recorro la esencia del vuelo de la mariposa

Y la hojarasca me cubre hasta dejar

Los nombres sobre las ramas

En un cielo abierto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sueño y giran los sueños

Entre piedras y brisas

Que esperan el aliento de mi boca

El viento golpea el parabrisas

De un cielo que hunde el azul

En flores bailando con parachoques

De hollín y resina

La noche recoge

Besos en busca de abrazos urgentes

Entonces respiro

Cada trozo contenido

En el sueño que gira y gira

Entre piedras de hielo

Y todo cambia de sentido

Bato las olas para recuperar

En vuelo de las luciérnagas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llega el aire

Dibujando espacios

Apresados en la burbuja

Del desierto atrapado

En el escalón de sábanas de cristal

Levanté al sol

En un giro de cuerpos

La lluvia germinó

Confundida con la luna

Microscópica, colgada

De nuestros andrajos

Recuperé la parada

En orillas de madera

Entre el gozne de aquella estrella

Que abrió el cielo de par en par.

Roto el cristal

Fueron recopilando fragmentos de espejos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vuelve el silencio

Entre los dedos

Como vuelven tus ojos

A horadar

La hoguera de las bocas

Se ensanchan las estrellas

En un ovillo de falsos mares

Disparando olas sobre la espuma

De tu espalda

Recupero raíces

Dentro de prismáticos

La pantalla encuentra los colores fundidos.

El camino rueda oculto

En mis zapatos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Lluvia de Abril

Vaga lluvia de gasa de nieve

El cielo gris adormece

El canto de los pájaros

Sobre la piedra los gatos

Mantienen el gesto decorativo,

Realizan música rozando

Sus bigotes con gotas biográficas

De otras tormentas

Chirría la puerta

Lame mi mano

La madera quebrada

Displicentemente en el anfiteatro

De la cueva

Se acurrucan los caracoles

Y entre la hierba recorre

Un escalofrío de colmenas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se exhibe el grito

Inútil, vociferante.

Los dientes de la tierra

Mastican las órbitas de los idiotas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La debilidad de la luz

Cansa en la inmovilidad de las olas

Giro los pies.

Entendiera la hierba

Sobre dunas de cristal

Devoradas por las tejas

De este cielo sin cerradura

Entendiera que las islas navegan

Sin remos sobre olas de piedra

Entendiera la vida

Como un arrecife acróbata

Entendiera que todo pasa

Por la delgada línea de un paisaje

En construcción.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El abuelo cosía

Los calcetines a sus pies

La vieja colcha ocultaba el alquitrán

Y los rascacielos jugaban con los rayos del sol

Yo miraba al orinal

Como un huracán arrogante

Y meaba en la orilla

De las estrellas.

Ese mechón blanco

Dibujó mi vida

En un nombre que busco

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se postran las palabras

En la luna

Despierto en un plato de sopa

Descuelga el sol los anillos

Del deseo

Surge el cráter de la palabra

El torrente de pieles

Tropieza con estandartes malogrados

Hay alas que no sirven para volar

Se hunde el mundo

Ensancho el silencio

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Veo migrar

Los días

Entre cielos

Extenuados

Entre el fragor

De los muros

Y los insectos ahuecados

Por el vómito de tormentas

Que desaparecen

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mientras el autobús

Asimila los latidos

El asfalto subraya

Silencios y nombres

Los prismáticos de las luces de neón

Padecen los filamentos de la noche

El sin tiempo

Crea estaciones

O corredores de herrumbre

No hay dirección

Ni billete de vuelta

Cuando los mares

Descansan sobre los cristales rotos

De un microscopio sin mirada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Doblo de vida

Vida inaccesible, inquietante

En su presentación de inmediatez

El presente me aborda

Y construye ilusiones de pasados

Y futuros similares

Aun cambio de viento aleatorio

La falta de atención supera el reconocimiento

Del espectáculo

Como ese pronunciamiento

De lo incompletos

Cuando te falta el aliento

Y sigues en la extrañeza

De que todo ha sucedido

De que nada queda por conseguir.

Las cosas importantes

Son las prescindibles

Las que no se juzgan

Como un niño abriendo ventanas

En una pared en construcción

 

 

 

 

 

 

El cansancio de las gotas

De lluvia

La vieja guía telefónica

El cristal roto

Ciudades sin paisajes.

No hay direcciones

La ilusión arde en lo humano

Los pájaros limpian el espacio

Cuando los jardines

Bromean con su espesura

De hojas de un verano derrotado

Camina la oscuridad

El rostro duerme en una red

 De cráneos vacíos

Camino feliz.

Hay árboles deslizándose

Entre mis escamas

Y sigo entre la hojarasca

Amarrados al sendero.

 

 

 

 

 

 

 

Cuando sientes invierno

En verano

Cuando las hojas de otoño

Cubren la primavera

Entonces el tiempo

Deja de percibir lugares

Y comprendes que no hay tiempo

Para pensar que algún día

Sentirás el olor desnudo

De un cuerpo conectado

A otro cuerpo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El éxito fue total

Las zapatillas se recogieron

En mi casa de paja

Los cuerpos se integraron

En las paredes

Las risas abrieron las ventanas

Hasta las hormigas

Danzaron bajo la lluvia

En un torrente de desnudos

Apretados febrilmente

Al cortinaje del tiempo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No seremos

El hacer de la mañana

Sin embargo conoceremos

Los pasajes de las olas

Los sueños apagados

En un azul abrazado a la noche.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La brújula se concentra

En el tiempo

Para desorientar a la arquitectura

De dos corazones

Si pudiese aproximar

Aquello que se pierde en los actos

Me reconstruiría en otro

Sin esperanza

Sin historia

En una pérdida de lo posible.

No tendría nada que decir.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Noemas

 

Los gritos resuelven

La historia perdida

 

 

 

 

Volcanes de sed

Las estrellas lagrimean

Fuego en contención

Saldremos de la esquina

Del universo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Siembran uñas y pestañas

¿Dónde los pies?

¿Dónde las miradas?

 

 

 

 

 

 

Un suelo líquido

Coreografía de un torso

Sin sombra

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hay enjambres

En los ojos del que no

Tiene nada que perder

Suspendido el rostro

Sobre vacíos coloreados

 

 

 

 

La condena de permanecer

En un territorio

Cuando el viento

No recita frases muertas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La luz atrae a los insectos

Tus labios al sol.

 

 

 

 

La ventana hace al hueco

Como el hueco hace al muro

Como el muro hace a otro muro

Y así hasta la habitación abierta

Que hace cuerpos

 

 

 

 

 

Nosotros consumimos peligro

Callamos al cálculo y

Escribimos con tiza:

No se vende una mano

Ni compramos perdón.