viernes, 31 de diciembre de 2010









CRÁNEO ELEMENTAL. (2005)
GREGORIO OJER BUENO






“La muerte, árbol de hambrientas raíces”. Costafreda


“Hay que terminar de una vez por todas con el juicio de Dios”. Artaud


“..,pero he de reconocer que siempre he escrito con urgencia”. Manuel Sacristan












Principio hedonista



Eres tu hueco

Soy mi hueco





































Camino de invierno



Siempre que recurro al recuerdo
Se cercenan las palabras
Sin imágenes dentro
De miles de fragmentos.
Intento apresar la sílaba
Exacta que abra un espacio público
De miradas
Una floración de encuentros casuales






























Noctívagos


Anduve recto
Dentro de una noche torcida
Reconocí rostros
De antes
Ya subrayados por otros
Dedos sin manos























Laicidad


Ya cambié el límite
Ante cualquier pronunciamiento
Me resigno a la esquina
De la reflexión






































Tu vida machadiana



Nací en
ninguna parte
Y no recuerdo mi ciudad natal
Mi infancia se despojo
De mi cuerpo como se despiejan
Las cabezas de los suicidas
No estudie francés ni inglés
Ni guardo afecto a españa
Soy lo que soy
Un residuo
Una acción crítica
De todo conocimiento creyente
E identitario




































Tiempos de sujeción



Algunos días cuando subraya
El sol el atardecer
Recojo los bártulos del día después
Y comienzo a construir
Identidades que fracasan
A la hora de ser resinadas
Es la trampa de la memoria
Que circunda el encapuchado
Para no verse reflejado
En el hoy de este cielo perdido


































Minero sin tierra



Sobrevivir a mil metros debajo
De la tierra
Es vivir velando la muerte
A cada golpe de martillo
Es la trampa de la arena desnuda
Un borrar debajo de los pies los otros mil
Metros que faltan
Para navegar al otro lado
De cualquier mar anclado





























Te sigo


Acércate y seré tu piel
Soy colectivo
Y un huérfano de veranos
En la esquina de la pérdida
Yo fui centro de una luz
Carente de artificios

































Evaluaciones


Y el sillón del mundo
Fue perdiendo el aroma
De la burguesía
En la destrucción resplandece
Siempre el rumor del banquero
































Percances



Es necesario vivir
Sin fe
Sin estoicismo
Buscando el placer
En cada uno de los movimientos
Que inesperadamente
Nos hacen ser lo que somos:
Un imponderable
Una vida que huele a ruina






























Auditoria



Por elegir subir
Dejé el símbolo
En la puerta
La nieve arribaba
Al iconoclasta convencido
De que ninguna imagen
Es recuerdo de la última trampa
Que conformé junto a tu petición
De cómico inexperto

























Pareceres



No vimos estrellarse las conchas
Contra la espuma de su boca
En la carrera encadenada
De su ritual predilecto a través
De su otra identidad
Fue inverosímil recoger las conclusiones
Y la abyección del sereno hechizo
Como ese enigma que desembocaba
Siempre al otro lado del cristal opaco
De lentes inmortales
























Los hombres del olvido



Detrás de una mujer inteligente
Siempre hay un inexperto hombre
Queriendo jugar a ser niño o payaso
Es la diferencia hormonal o una conjetura
Sin ninguna ecuación que resolver



























La debacle




Y brilló la destreza
Entre la voluntad de poder
Y el hastío del pesimismo
De la carne y el hueso
Cuántos privilegios
Dependen de un gesto expulsivo
No hay presunción
Existe el síndrome del mercadeo
De pareceres y falsas ideologías






















Lejanías



Dentro de la tendencia
El agrisado hombre que viene del tedio
Salvar la clave
En un cruce de amargos equilibrios
Aquel tapiz misterioso
Un mero tramite de leer
Entre la migas del hule azul
Que azuzaba el azucarillo
De tus labios
Fue la realidad que insistió
En la existencia conjugada
Voluptuosa hasta la especulación
Del sinsentido
Como las glosas añadidas
Sobre tu piel críptica
Pegada al cansancio de la costumbre
Y la melancolía
















Discusión


El percance de la belleza
No detiene el prodigio
De los que detestan
Los premios
Tampoco la suerte de los demás
Que acompañan a la rendición
Y a un demasiado humano
De sueños recíprocos


























Juzgado



Ganó el animal
También el polvo
Del camino que yacía
Dentro de tu recipiente
De cristal vacío



























Esperanto



Construimos moldes
En extinción
Después de leer
El último idioma
Incomprensible
De un solo hablante
Es el oprobio
Del rastro el abyecto
Discurrir de los nombres
En el silencio
Las piedras enhebran el tiempo
En el espacio



















Orgasmo



La grieta en el grito
La pared escrita
Dentro de la piedra
Tu nombre
Fuera de mi boca
Quiero nombrar y no puedo
Situar el espacio de tu cuerpo
En mi quiebro
Y vuelvo dentro de ti
A señalar las piedras
Que no supimos subrayar

















Mudanza


A veces la luz entra
Entre le nieve
Y tus rendijas cantan
Al sol del mediodía
Vuelve lo absurdo
De un cristal multiplicando
Los espacios de la proliferación
Y la brevedad de un mundo
Imponderable en la exaltación
De tu belleza



















Heine



El carpintero
Ha dejado de maniatar
La madera
Al afán del nombre.
Nadie morirá
Dentro de su viruta

























Roberto Bolaño


Dejé al lado la chaqueta
De pana. El urinario fugaba palabras
De otros que no fueron capaces
De invertir la gravedad
Klimt era el instante de lo fugaz
Como aquellas frases del
Último filósofo que no supo nombrar
El caos de la libreta abierta
Dentro de la ventana sin cristal.
Sé que el vaso no tenía fondo
Que todo lo que dijiste no servía
Para expresar limites ni infinitos






















Situación complicada


Veo el extravío y la miseria
Y la floración de una sociedad
Que se dirige hacia el patíbulo
De la noticia
Es la nostalgia de la vejez
De una mirada que señale
La espesura de la juventud
Tansformada en enfermedad





















Dirección única


La herida contaminada
Y tu casa abierta
A un mundo virtual
Llego a ti entre las ruinas
De rama en rama
En un azul intenso
Y un rocío que no habla
























Trapicheo


El punto de partida es
El hechizo que promueve
Las diferentes presentaciones
De un lado y de otro
La idolatría se enfrenta a la iconoclastía
Me muevo entre Durruti y el fetiche
De un pasado diezmado dentro de
La teoría inherente al uso del lenguaje
Y a la probabilidad de que te desabroches
La bragueta o me consuma en tus labios
Llevo escrito el mercado en mis bolsillos
Producto de tus títulos y mi intercambio




















Contra la fe




Vivo y habito
Sobre las manos
Agrietadas de una tierra
Donde el surco es la firma
De unos labios casuales
pupila contra pupila
la tarde ronca subraya
el escondite de tu temblor
girasol postrero sin cerradura
ni gozne


















Paganos agricultores



Verde y la boca helada
Arden los campos
En esta dejadez de un día que deja de ser tiempo.
Me rindo.
Toma mi nombre y despliega mi muerte en tu apero

























Nunca me detendré



Sentí la ondulación
De la mano rasgando la arena
Creaba el mar en la comisura
De la luz
Cada nuevo error de pisar
Otras huellas rebelaban
La inocencia de nuestras posiciones

















Sin rozar



El alcohol arrojó a los perros
Tu diente de porcelana
Cal viva para resituar
A la muerte dentro de las hojas
De luz.
Corría la madrugada
Y lo que era ardor
Se tornó quimera






















Todavía



Es peor el martillo
Que la llama
Como el patíbulo
A la rama



























Flor de piedra




La última palabra
De una declaración sin
Márgenes
El rumor de aquel latido
En mi boca
Como el vicio de la transparencia
Encrespada en la mirada
De tu mano fría
























Enseñanzas


Éxtasis
Y agua en la blanca pared
Dentro de la dilapidada noche
Remarco el silencio
De la vida
Como el significado
De la huída































Lítico

El cuerpo ignorado
Insoportable
Encendieron el horizonte
Y se embarcaron
A otros paraísos ciegos
Volveré a la caída
Al espejo íntimo
De las piedras
A la forma de la sombra
Rozando los mismos muros
Donde escribí el cobijo
De los sueños






















La siguiente




El juego de las estaciones
Junto con los nombres
Que celebré
Deshacían el tiempo
En vasos y zarzas.

El hilo del espacio
Dentro de la rama de aquel sauce
Nos miraba ronco
Y abrasado por lo pagano.

Sin duda el cielo arrastró
Nuestras conquistas
A extravíos y adscripciones
Como las tomas de posiciones
Dentro de generaciones intervenidas.


















Entonces tenía manos




Es lo elemental
El envejecimiento
El amor al estremecimiento
El corazón condenado a mil marcas
El extravío de la distancia
Con una lluvia que no acaba
De ser aniversario
Es la medida desnuda
En una ausencia que habita
La perdida incapaz de desplazar
A la inmensidad de un contacto
La nobleza de arrastrar el crepúsculo
Con tus propias manos...
Y así veinte años fragmentado
Deletreando tu dedicatoria
En aquel pasaje frío y sonámbulo


















Traductores



Cuando la mirada bebía
De las erratas
El exceso elevaba
Las iniciales a razonables
Proposiciones que intentaban
Aplicar el impulso de lo insólito
A la intención de la traducción
Tú comprometías al inglés educativo
Yo con un italiano teórico y precavido
Abría el libro del vocabulario
E iba señalando con el dedo
Lo que ya habíamos modificado





















Encuentro capital



El cuerpo hierático y el
Conjunto de sólidos
Remarcando el nombre
Sobre una realidad
En fuga. Codificaron los estadios
Cuando el tiempo elaboraba
La reforma específica de tus márgenes
Proporcionados.
Fue superando al desafío
De nombrar tus simulacros
También tus repeticiones
Cuando yo dejaba de ser yo
Entre instantes desplazados
Y copias que no garantizaban lo invertido















Aión


La piel divide al cuerpo
Del espacio límite irreducible
Como una copia sin original
Quizá los nombres
Marquen el deshacer
Del ladrido en el aullido
Con las manos impropias
De estos ojos impropios
Siempre desapareciendo
Entre identidades
Como el último epígrafe
A tu cenotafio
Entre la anécdota
Del hombre sin identidad






















Hueco



Nada es el significante
De nada





























Orden nuevo


La floración militante
Conseguía hablar
De este mundo, el único
Entre los pies que arrastra la extrañeza
De esta evidencia .
No más complicado
Que el revés del aire
Ciñendo la sombra de tu camisa
Como el desarrollo
Del límite dentro de otro cuerpo























El ciclo de la novedad



La sospecha en la sangre derramada
El cráneo cambiado de sitio
Y el nombre pulsando la realidad
En el deseo.
Fue voluble
En el verano del 79 cuando
El río remarcaba las orillas
Con su lengua áspera y navegable

























El objeto de interés


Quiero imaginar la luz
Dentro de la oscuridad
Desnudarme dentro de
Tu vestido
Conservar la dureza
En el tamiz del tiempo
Y volver al ciclo
De unos ojos que aprenden
A no ver.
En ese esplendor
Borro el comienzo
Palabra a palabra
Y cobijo los crepúsculos
Entre la embriaguez
Del descubrimiento

















Gaviotas metafísicas



El parentesco de la línea
Con las alas
Polvo de espuma
Reducida al azul
De tus ojos
El ruido de la arena
Sobre tus cenizas
El aliento de la luz
Y el tejido de la vida
Dentro de tu cuerpo sin cuerpo


















Correspondencia inédita


El plagio de la intemperie
Y los doce dientes que te quedan
Dentro de mi vientre
Inconfundible deletreas el espacio pensado
Eres el no-lugar de mi economía
Eres el crecimiento espontáneo
De mi deseo























Detalles


Los espacios desconfían
De los detalles íntimos
¿Recuerdas el matiz de tu boca
Sobre la espina clavada
En mi mano?
Finalmente el convencimiento del atardecer
Se sobrepuso a la longitud
De tus brazos y a la pereza
De tantas objeciones.
Amar es desconfiar del que ama
Como vivir es desear gravemente
Las circunstancias del asombro
















Aparecidas




Incluso cambiar la lámpara
De noche
Es un trabajo colmado de hazañas
E insomnio elegante
Confío en el umbral de las estaciones
Como de las imágenes confinadas
A un asedio permanente
De lugares frágiles
Donde los barrotes delaten la edad
De las revueltas
Y los fallidos sueños
De una noche sin conciencia
Entre las grietas del somier
Y algún artículo enrojecido
Por la monotonía de las traiciones













Final bodegil


Fue un día sin urnas
Dentro de las papeletas
Garabateados los nombres
De una jornada sin pan
Con la sed que produce el vértigo
Y ciertas hazañas personales.
La luz que tentaba a la posibilidad
De un antiguo sedimento
Se posó sobre el reflejo de la mano
Transparente:
Ecos de formas retratadas ante
La última fotografía de la derrota
El aliento de la singularidad
Representado en un inédito poder
De archivos cuantificables
Y la conformidad de que el trabajo
No ha servido para un cambio de posiciones


















Nostalgia


Vuelven los días de calma
De ver y oler la mañana
Dentro de un haz de luz
Que subraya el espacio
De mi ruina
Observo el telón sin fondo
En la sal de mi aliento
En lugar de dedos
Me crecen aspas de arenales
Rios secos de orillas encendidas
Que resisten al primer canto
De la muerte
Oigo el corazón del otoño
Circundar lentamente
La piedra de mi epitafio
La ficción de las sílabas
Acariciando los nombres robados
Leve cambia la incertidumbre en grito,
La caricia en pasión
El aire en desnudo
No puedo navegar
No soy navegable
Dentro de este imprevisto






Fin de la primera parte



Volvamos a la primera pagina
Donde la historia ya ha finalizado
Porque nunca fue nombrada

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