martes, 28 de diciembre de 2010







LIBRO DE POEMAS.
CRÁNEO LÍQUIDO por Gregorio Ojer 2000-2009




“Entonces arrojaba/ piedrecillas al agua jabonosa,..”. Carlos Barral



¿Por qué hombres y mujeres combaten por su servidumbre como si lucharan por su salvación? ¿Cómo es posible que se llegue a gritar: ¡queremos más impuestos! ¡menos pan!? Lo sorprendente no es que la gente robe, o que haga huelgas; lo sorprendente es que los hambrientos no roben siempre y que los explotados no estén siempre en huelga. ¿Por qué soportamos desde siglos la explotación, la humillación, la esclavitud, hasta el punto de quererlas no sólo para los demás, sino, también, para nosotros mismos?".. Guattari




“los ateos deberían decir cosas perfectamente claras”. Pascal



“cae fiebre como nieve
nieve de ojos verdes” Bolaño. Los Perros románticos



“días que no volverán”
Antonio vega

























1

Recoge los desperdicios
De la luz
Otra vez vendrá el frío
A recorrer los dedos
De otra mano
Y saldrá el sosiego
Entre las piedras
Y las virutas de la noche






2
Pasan los años
Por más que lo intenta
Se le caen los afectos
Y la experiencia requerida
No hay final para este desencuentro
El hombre sostiene al animal
Y la historia nos dicta
El legado de sangre y hallazgos

Pasan los años
Y vuelve a pasar el ser humano
Por delante de un tiempo bordado
Con el hilo del vértigo y el abandono





3.
Vuelve de una presencia inútil
La flor posee su nombre
Detrás de ella no hay nada


4.
Amanece
La servidumbre limpia los pórticos
De la necesidad
El deseo arremete contra la felicidad
Todo es anticipación
Cuando logras lo requerido
Desparece el sujeto y la producción
Tal vez despierte dentro de unos años
Dentro de otro cuerpo
En un día que no requiera nombrarlo





5.

El agua intenta aclarar
La deriva del torrente
Los peces nombran las orillas
La espuma refleja la sombra
Del pescador
Depredador de aguas oscuras
El turbio decreto de la existencia
Sin insistir en la apoyatura
De la circunstancia y la profundidad
Mientras el gusano revolotea en el corazón
Del anzuelo de nubes réprobas


6.

Su rostro reclama
La inauguración de otro espacio
Dentro del inagotable colectivo del yo
Embriagado ancha los estrechos
De los nombres.
Y como si de una batalla se tratará
Tritura fusiles
Y eleva flores a la reclamación
Sin miedo
Sin patrimonio
En un singular escándalo
Por la particularidad de la vergüenza
Y el hastío doméstico





7.

Pasa el día indigente
Y el conflicto entre balas invisibles
Recoge los recovecos íntimos
De los póstumos
Los que nombraron el sometimiento
Se fueron lejos del lucro
Y de los abogados del veneno
Fueron a los altos tendidos
De cadáveres foscos y
Ciertos procuradores del malestar






8

Tengo los ojos
Dentro de tus ojos
Tengo mi lengua
Dentro de tu lengua
Tengo mi piel
Dentro de tu piel
Tengo mis labios
Dentro de tus labios
Tengo mi tiempo
Dentro de tu tiempo
Tengo mi nada
Dentro de tu nada
Tengo mi veneno
Dentro de tu veneno
Tengo mis cadenas
Dentro de tus cadenas
Tengo mi luna
Dentro de tu luna
Tengo mi nube
Dentro de tu nube
Tengo mi verso
Dentro de tu verso
Tengo tu aliento
Dentro de mi aliento
Tengo tu carne
Dentro de mi carne
Tengo tu sexo
Dentro de otro sexo
Tengo mi voz
Dentro de tu voz
Y fui tú sin saber
Que era yo




9
Cuando tropieza el desengaño
El fuego deletrea al orfebre
La línea de hielo arranca de raíz
El escondite de la infancia:
Cuando las ramas se volvían fantasmas
Y la piel se tensaba en la biografía por venir...
Volvía el miedo desde la perplejidad
Y el examen certero de que mañana no existía
Y el presente era un postulado
En el que se iban acumulando rebeliones
Y otras tribulaciones
El tiempo era eterno
Y la eternidad una sonrisa
Pasajera que coqueteaba con la nostalgia
La madre era la fatiga y el verano
También el saber de la economía
El padre el pulso laboral ausente
El monosílabo de la caricia
Y la aceptación del silencio








10
El suelo y una respiración tenue
Ellas, las pupilas no se acostumbran
Al espacio
La luz perfora la mirada
No hay ojo
Sólo crepitación enloquecida









11.

Vuelo rasante
Entre los zapatos del campesino
La isla de negro
Circunda el lastimado pero certero
Sol espiral
Danza el trigo entre el suicidio
Y la certidumbre.
Borra el delirio
El nombre de la piedra


12
Frágil
Narración de piedra
Y un sol de boca
En los labios de madera
Viene el día sangrando
Y el mar sin hijos
Arrastrándose sobre tu útero



13.
Recuerda el hueso
Dentro de la boca del perro
Y una canción que repetía
La juventud
Y la calle donde siempre
Había bebido tequila-sal-limón
Recuerda la esquina
Donde le perforó la yugular
Con dientes de vampiro de plástico
Como sus muñecas de porcelana
Que reposaban sus cuerpos decapitados
Encima del edredón
Y deseó el baile sucio del olvido
La recuperación de la hoja que demora
Su caída y se quita el árbol de encima



14

Si estas en el momento
Eres lo que decides ser
Sino, te eligen
Y el remiendo es peor
Que el abandono






15
La ola en la noche
El silencio de la arena
En una nave de fuego
El sol vacilante ilumina
La orla de tu senda
Y la luna!
La luna desata una a una
Tus grietas en su boca
Mientras los labios calientan rumores
Y secretos centinelas












16.
Sabemos del vendaval
Y la transparencia de los cuerpos
Cuando se abrazan
También la fiebre del que desea
Y la fútil tarea de inventarse uno
Cuando surge la bruma del día.
No hay final
Todo se demora abierto
Hacia el abismo de un azul violeta






17.
La mano siega el cuerpo
Y el cuerpo busca
Un lugar para deshacer la nada
En su mano







18
El ojo fraterno
Y el sueño de la palabra
Que conoce los límites
De lo humano
La desnudez del idealista
El oficio del luchador
La inseguridad del que se queda
Entre los cristales del capital
El maniquí hierático
El creyente inestable
En un desierto que avanza
Y el verde de la nieve
Que cabalga dentro del que muere.
Todo esto se lo bebe la vida
En una danza macabra de patios abiertos





19
La siega del que oye
Y no escucha cuando el surco
Cubre las cenizas
Del sudor
Negra la tierra descampa
Al labriego: otro hombre
Que asoma el desafío
Más allá del aullido
Y luego la sed del río
Que atraviesa su vientre
Como atraviesa el fuego la luz.





20

Me despido del pulso
Es noche almendra
Y huele a rocío
La luna lunera
Se asoma entre la cáscara
Del estramonio
Arden las palabras
Como el rumor cárdeno de la hojarasca





21.
Mutilado avanza entre
El reticente aliento
De la aridez
Vuelve el mundo a pesarse
En su espalda
Vuelve el arrastre
De un azul postrero
A pisar el tiempo que no vivimos















22
Crece el espacio
Dentro del precipicio
Crece la mirada
Dentro de otra mirada
Y el vértigo
De sus labios
En la desnudez
De tu otra ropa







23
Detente tiempo
Detente quimera de mares breves
Y eternos cabellos como chopos
Entre riberas y blancos arenales
Detente
Corro entre bárbaros y muros
También entre encendidas creencias
De que la muerte no es el final.
Es mi final.







24
Sortilegio de un verso
Que traspasa el viejo espejo
Cerca del reflejo
Se encuentra la imagen sin luz
El agua encendida
Del cristal breve
Que ata tu oído a mi boca
Y te expulsa al otro lado
De mi lado de nadie
Frágil y sin edad







25
Irrumpió la pregunta
Y abrió la ventana
Del carmín y la pelusilla
Debajo de tu cama
Comprendió la vulnerabilidad de tus dedos
En el cristal
Como la apetencia
En un cine de nalgas
O cadenas crepusculares
De tu verdugo
Cuando la semilla
Brotaba de tu lengua
Infatigable accediendo al centro
De tu sonrisa


26.

Esperas la ondulación
Que incendia los nombres
De los que no fueron nombrados
El arpegio de los que huyen
Los de la sal en la saliva
Y la adolescencia triste
En la lumbre de los años








27
La marca en la cintura
La marca en el cuello
La marca en los zapatos
La marca en la semilla
La marca infatigable
La marca adolescente
La marca incandescente
La marca en tu mejilla
La marca en el pañuelo
La marca en el martillo
La marca en el silencio
La marca en tu costado
La marca profiláctica
La marca galáctica
La marca santificada
La marca rebajada
La marca en el agua
La marca en el vino
La marca tras la marca
La marca del laberinto
Y el sueño de la alambrada




















28
Invierno desmoronado
Entre palabras de verano
Una leve brisa de sílabas
En el horizonte de la lluvia
Verbos flanqueados por pupilas
Melancólicas
Se acercan el coral de cristales
Y huesos invertebrados
Y detrás del dolor
Crece el deseo cómplice
De tu danza postrera









29
Envuelto en el fuego
Casualmente ardía
La cubierta del mar
Recuerdo
Encima de tu despliegue
De pieles y esperas
Eras mi hombre
Cabellera de páginas
Y ciegas adivinanzas
El muro de la providencia
Se evidenciaba en nuestra experiencia
Luego el aire ardor
Y el ciego temblar de pies
En un tiempo que no moría.




30
El azul del estallido
Cuando el cuerpo
Demora cubierta de arena
Y espuma
Aún la visita de una puerta cerrada
La tarde que se va con el niño que fuiste
Más allá de las zarzas que nombraban
Nuestros juegos
La tierra
La sal
El sol entre las primeras palabras
Y la lumbre de unos leños húmedos
Rasgando un mundo
No escrito
Y tu tierra en mis manos desnudas
Poco a poco latiendo en la belleza










31
Fue Blake el culpable
Mi memoria era la respiración
Y cuando la palabra coronaba
El espacio
El sol nombraba la luz
Y tu subías cuando yo bajaba
El encuentro fue agua
Transparencia de labios
Fue cuando la página
En blanco se acercó a tu pluma
De cisne
Entonces...
Yo no creía













32
Alcanzaron la costa
Luego el desierto
El invento de oasis
Y el error de dogmas
Envueltos en soles extinguidos
Cerca centelleaba un cuerpo
Y no lo vieron
Fueron donde brilla la noche
Del rastro y la desorientación
También el miedo












33
A veces la ondulación
Nombra los tiempos no dormidos
Luego la noche en el rocío
Y el pastor de lo verde
En un azul fino
Extienden la lasitud
En una órbita cada vez más fatigada
Y el mar establece los contornos
De la hoja en tu pulso



34
El sentido de la vida
Es la vibración de un cuerpo
Junto a otro o la luz
De la noche leve en el corazón
De la muerte
La sonrisa que irrumpe
En la tragedia que precede
A todo ardor de pulsos
Y latidos sin pulso
Al final de la eternidad
La carne acartonada
Un ataúd de cristal










35
Yo veo pero ellos no me ven
Abro la boca para respirar
Y sé que estoy vivo
En esta verticalidad
De energías sombrías
Y dobleces de unos labios lívidos
Pronuncio lo innombrable
Todos miran
Y vuelven a mirar
En una espiral de negros y blancos
Intento brillar en la caricia del terciopelo
Y en el olor a huero de mis pelos
Extendidos sobre la alfombra de arena
Dentro de esta urna sin tiempo
Toco el silencio que acepté







36
A veces veo la devastación
Envuelta en jardines y edenes perezosos
También aguas oscuras
A veces el viento agita las palmeras
Dentro de mis párpados
Y el azar dispone de mi cintura
En una casualidad de contornos
Inventados
Y purpurina vulnerable a mi tacto
Como los ojos del pez que asombra
Al río porque supo ser humano y respirar






37
El comercio de lugares
Que ya no existen
Como la diversidad de humanos
Que secretamente he amado
Labios descalzos en el aire
Y en silencio
Floraciones que parpadean
Fuera de la promesa
De ser piedras prometidas
Con el tiempo exasperado









38
Ahora la sujeción de la distancia
En palabras que acortan el tiempo
De tenerte cerca
Somos el aire que olvidamos respirar
Cuando todavía el calor llegaba
A nuestros cuerpos desnudos
En un invierno de perfil
Y un verano ocasional
El reflejo de lo que supimos retener
Brilla todavía en la niebla de tu atadura
Como ese azul extraviado
Entre tus nalgas dormidas







40
El amor no busca
Es instante
Luego la rama contempla
El abismo de la raíz
Y nunca consigue alcanzar
A la hoja inmaterial





41
La tierra húmeda
Moría entre los dedos
El gusano que dormía
Entre sus entrañas danzaba
Alrededor de los frutos soñados
Buscaba la salvación
Sabía que lo prometido
Era un final quebrado
Y que el principio se había sumergido
Entre las ruinas de mi colmena











42

Oigo el asombro
Detrás de la brisa
También el mar
Acercándose
Hacia lo oscuro
Del parque.
Envuelto entre la hojarasca
Corro con los lobos
Extinguidos de tu corazón animal
Y la ruina y la ceniza
Revelan un espacio dilatado
Dentro de otro corazón




43

Y fue la nostalgia de una sílaba
La que detrás del aroma
Expuso el recuerdo
Sobre el viento de la luz
El final acechaba
Tras el rastrero epitafio
De un día desatado a la eternidad
Cantaba la indecisa niebla
Como cantaste en la apaciguada ola
De mi Hora
Y prometí nombrar tus labios
Y la arena de tus manos





44
Cuando la cara enmarca
La mirada en un haz incipiente
De nostalgia
Cuando mis manos abandonan
El cuerpo que tanto amé
Surge la imprecisión de la distancia
Una gota en una mar de labios
O el infinito azul de tu paladar.




45
Vuelve el adolescente
El vagabundo de anhelos y escuetos
Sueños que prevalecen
Sobre lo cotidiano y el deseo
Si pudiera grabar las voces
Extinguidas de aquellos años...





46
El espejo clavado en el ojo
La mirada vagando por el reflejo
Lejos, dentro del marco
La voz sarcástica de una dinastía
De nombres ya extinguidos
Cuando retrocedí, más me acerqué
Al destello de tu retirada
Luego la fisura en el tiempo
Y una habitación vacía
Dentro de mi infancia (cama)






47
El destino lo unté
En una rebanada nómada
Que sirvió para un prólogo
De apetencias y greñudas
Hierbecitas que jalonaban
El hastío de este asomarse dilatado
A un precipicio callado, vasto, caprichoso
Tostado por la risa detenida en los carrizos
De aquella orilla angosta en tus labios.

Todo quemaba
Todo ardía
Hasta el cuerpo ajado
De la hojarasca rizada

















48
La página en blanco
Que los dioses dejaron
Y el azul del silencio

Y más tarde
La pesadumbre del hombre
En el interior del ocaso
O tal vez en la inexistencia
Del acto.





49
Los cuervos reconstruyen el vuelo
Y van dejando aire fúnebre
Vuelve la certeza de las flores
Y la magia de la niebla
Y los espejos nacidos del delirio
Y la lluvia dormida en la noche









50
Déjame caer
Dentro de ti
Profundamente
Hasta el dolor prohibido
El tiempo amordaza
Y la carne, crédula nada
O pretexto






51
La dentellada del silencio
Arrastra la belleza del Instante
Nunca es tiempo
Siempre, olvido







52
A las caras de aquellos
Que supieron expresar
El dolor de vivir en la miseria
A las manos de aquellos
Que padecieron el umbral
De la especulación de este sistema
Transparente
Económicamente solvente
Humanamente inaceptable
A los huesos punzantes
Que tanto estremecieron las arenas
De playas vacías
Al silente azul que separa el delirio
Del hambre
Al escalón quebrado de la memoria
A la uñas del dolor
En la sangre seca de los peces
De una mar muerta
A ellas madres dolorosas
De una infancia patricida







53
Y decir el regocijo
Del que sabe de su desaparición
En el calor de la lluvia seca
Y el clamor del abandono
De un nombre
Cualquier nombre sería falso
Tras el paso del día y la noche
Sobre el verdadero trasiego
En el desplazamiento del tiempo
Siempre frío pero irrevocable









54
Inestable clamor
En la realidad de párpados
Y filtraciones de auroras
Purpúreo jadeo
De clítoris jaspeados
En la languidez advertida de mi lengua
Otra savia sueña tu piel
En el agua extendida del sueño
Otra lentitud de alientos invisibles





55
El hilo del infinito
En el dedo
Y una raya blanca
Sobre el horizonte
De tu bajada de párpados



56
Echa el juego el combate
A la vida
Y la vida trémula padece
La indecisión del hombre
Más allá de cualquier elección
En la exposición incomprensible
De los que tienen límites
Se encuentra el equívoco
También la existencia del encuentro
Y la excusa para dejar que desaparezca
La mínima expresión de la necedad







57

Fundí el delirio
Y te informé de la cuenta atrás
Del tiempo en tu pasado
Fue en la hora inventada
En la invención de tu nombre
Sobre aquel papel de espacios líquidos
Y pretendientes inocuos.
Supe amarlos a todos
Cuando la lluvia ácida recorría
Uno a uno sus cuerpos acartonados
En ese horizonte que tú dibujaste
Con la tinta de mis ojos.






58
El vaso partido
En la corola encalmada
De un sol de cerros húmedos
Verdes pensamientos para un tiempo
Que nunca existió
Y el orden de la existencia
Proponiéndose locuaz en la palma de tu mano
Fugaz surco de este Abril crepuscular






59
Y mis cenizas
Volverán a vuestras cenizas
Saldrá el sol
Dentro del sol
Y la sombra
Se prolongará
En otra sombra
Sin nombre
Entonces no seré yo
Seré vosotros
Mirando hacia el infinito
De esta nada
De este vacío
Donde no hay palabras
Donde el pensamiento
Se muestra contumaz
En el rostro de Nadie




60
La noche no habla
Pide limosnas
A jóvenes imberbes
En busca de xiprers verdíssims







61
Dónde esta el mármol
Y el horizonte sintomático?
La lluvia de tu ausencia
Y el corazón en la cicatriz?
Iré lentamente hacia
Los campos del tiempo
Y el desierto de la mar
Iré cesando las pérdidas
De tus esbeltos vidrios
Y tu polvo náufrago
De vidas y nombres












62
No hay
Nada
Que
Preceda
A la violencia


63
La caricatura de la vida
Dentro del frío
Dictadura de guiños
Y ojos cerrados
Veremos la luz pintada
Dentro de palabras vacías
Veremos a cuerpos torturados
Por el frío y falsas ideologías
Fueron los soles que se perdieron
En el paisaje de pactos ateridos
Por los nombres de los disparos
Y las rayaduras de sueños y venganzas
Terribles años de hermosura
Y crueldades enfermizas desoladas
Por los abrazos y la carne de estrellas
Dentro del reflejo de este charco
De sudarios y crímenes








64
Todo es ciego
Del revés
Tenía la dificultad
De encoger lo intemporal
De esta noche
Con el nombre de las agujas
De su carne sin horas
Que recorran cada una
De mis pesadillas
Seguía en la oscuridad:
Difícil cuestionario
Para una juventud
Amada dentro de la frecuencia
De gemidos y espanto
Difícil modelo para una perspectiva
De amores alineados en la bruma
De este repiquetear profuso
Y enfermo de ruido








65

Sabes la noche
Sabes el engaño
De aquel que se sustituyó
Por sí mismo
Y se engañó
Y engañó
Al otro
Que no
Tenía nombre
Que pasaba por ahí
Y se equivocó
De día apócrifo?








66
Perspicacia
Decía el miedo a la vejez
Dentro de un bar mefítico
Sucedió en una noche vocacional
Dentro de la avaricia del deseo
Y mejillas sonrojadas
Por la virtud del farmako
Y el inteligente tocador
De la historia
La vitrina de susurros
Se encontraba bailando
En el dormitorio
Del castigo
Y lo absoluto
De este territorio
No era contagioso
Cuando un asesino de luciérnagas
Volvía de hacer la estatua
En el perfil de un árbol de las ramblas





67
Estamos aquí
En la calle de la grandeza
Donde todo el mundo
Ama el resultado de sus
Improvisaciones
Nos levantamos de la muerte
Revivimos en la belleza
Ocasional
En el aro del pensamiento
Y una salud de ensueño
En una mar que vuela
Sobre la espuma
Y olas de cristal
En este camino de ciudades
Y sombras sin luz
Y luces con sombras
De pueblos fantasmas
Y preguntas sin respuestas





68
Te buscan detrás
Las siluetas de madera
O las espinas
De aquella habitación
En Lisboa
Dos cuerpos apilados
Retorciéndose en el amor
De un líquido infinito.

Fuiste mi sueño

Eres mi silencio






69
Estuvimos allí
Hospitales de observación
Y cuerpos sin fondo
Ambas confesiones
Fueron seguras
En su acertijo
Pero una murió
Indefensa
La ciencia
No hospitaliza
Posee
Lentamente el cuerpo dentro
De ese florero espejo
De una mano sin dueño




70
Sólo un instante
El de aparecer desnudo
Dentro de la corteza del árbol
En el tallo de las nubes
Que sobrevuelan las esquinas
De esta mar inmensa
Sólo la luz en la oscuridad
De la luz
Y el reflejo de esta gota
En el espejo de un segundo
Como la oportunidad de desaparecer
Cuando duermes lentamente al mundo
En su mueca






71
La rutina del día
Cuando se zambulle la noche
En el aliento del tóxico
Comenzaré a detener
Tu corazón en mi lengua de sal marina
Seré escama en tu dicción de sirena
Podré escupir espuma sobre
Las olas de tu entrepierna
Y escribir en la arena
Los síntomas de tus huellas











72
Conseguí el encuentro
En la torres de nueva york
Un capitulo dentro de mi calle
Inhóspita
En un silencio crepuscular
Del numero 24
Placer
Y contratiempos del equipaje
Que dejaste en el barro
Supe que ya era posible
Subrayar cualquier marca
De papel
En el corredor de la muerte
Murió dijeron
Vivo en el instante
De su próxima respiración
Fue una noche sin rio
En una avenida de ojos
Y cuerpos delimitados













73
La flor consume mis huesos
Fui pétalo















74
Cortina de humo
En la música de las estrellas
Y el reloj que desistió del tiempo
Sobre la alfombra de tu alcoba
El cristal irritaba al paisaje
Tus ojos clavados en la ventana
Cuando las cortinas demostraron
La ausencia del espacio

Y sin embargo el sueño
Cortaba el hilo de vida
Y todo se evaporaba
En cada paladar dentro
De cada nombre

Y sin embargo seguía dentro
Del espejo
Y nada quiso aparecer
Ni el reflejo de la herida
Ni la plenitud de tu rostro anticipado




75
Tenía todo a mis pies
Y no dejé nada para
La posteridad
Los años devoraron las ilusiones
Que se mueven sobre la esperanza
De esperar algo que nunca posee gestos
Convincentes
Y sin embargo el cadáver no esperaba
Y el frío hálito de la pertinacia
Dejó huérfanos de tiempos no vividos






76
Imposible de tiempos posibles
Y vapores circundantes
De mundos extinguidos
Y ruidos que despueblan las palabras
Astilladas sin huesos ni música.
Y ese sol reflejado en la ciudad de cristal
Y aquel obrero fundido en el tiempo
Imposible de tiempos desconocidos
En un presagio policromado






77.
Fuera, el tiempo es dentro







78
Soy otros
Llueve y la marca
Subraya al humano
Distinto de la lluvia
Es el limite
Dentro del espacio
La locura pasea sobre las copas de los pinos
Y tú luz de sombra
Y tú densidad de aromas






79
El nombre de la nada
Y el viento volteando
El revés de otro nombre
Y a penas oculto el cabello
Del niño en los brazos
Del cielo azul
Azul intenso en sus ojos
Y tú sigues siendo nada
Nada como la flor expandida
En el aroma de la muerte
Nada como en la destrucción
De unas alas dentro del vacío
En un movimiento de fuego
Bañado por un sol difícil de soñar
Y de piedra





80
Faltaba la pronunciación
Y el acertijo mal planteado
El libro no se leía
Ni las letras figuraban en el diccionario
De las profundidades
Propuse el desvarío de lo humano
En el triángulo de la bestia
Pospuse el intento de declarar
Beligerante el dedo del misterio
Porque las moscas reanudaron
Su tarea escatológica





81
No hay paisaje
Que me nombre
Tampoco ninguna ciudad
Que recoja el aliento
De mi despedida




82
La sangre de las montañas
Repudian a los consumidores
De abismos
Cuando cuelgan los hilos de nieve
Sobre el pedestal de la noche
Los arcanos de las piedras
Duermen el sueño sin memoria
Afilando los vértices
En un fulgor de nubes
Y lagos sombríos
Las manos arañan el vuelo del águila
Noble bucle del vacío



83.
El sol enaltece el tránsito
De prismas de luz
Entre las cortinas desnudas
El sueño embriaga las sábanas
Prófugas del riesgo
El testigo desabrocha la tenue neblina
De un cuerpo despojado
De su estrella inmortal
El cristal niega la lágrima
Bajo las arenas de un cielo despreocupado
Y el esplendor de tu cese
Gime inalterable
Como siempre entre el follaje
De la medida y el fervor




84
Traqueteo de cajones
Almohadones y dulces tropiezos
De mármol espigado
La noche alarga al día
Y descarga sus contoneos
Entre carpintería fina
Mariposas de plata
Aletean el verano en tu boca
Cuando el agua resbala
Sobre tu agua
Cuando la rosa rasga
Las velas de tu zozobra
Peina el viento el deseo
En el presagio de tu revuelta




85
Parecía que el agua
Fuera a retomar el surco
Del desierto
Y que Heráclito en un ademán
De reproche fuera a alambrar
El curso del tiempo
Parecía que la grieta de tu lunar
Fuera la mar vibrante
De un semblante dormido
Parecía que la sombra al fin
Fuera el vestigio de una cerradura
Sin puerta ni castillo










86
Vuelve el negro a definir
El blanco
Susurro
Y me extingo








87
¿Qué recojo?
Mi nombre al trasluz
El dedo erosiona la uña de la realidad







88
Un poco de autodestruccion
Mi nombre






89
El abrigo: la piel
Del frío
Luego la calma
De la naturaleza
En el calor
De un rincón
De cualquier colina
Y el tiempo muriendo
En el liquido de tu cráneo






90
Volveré
Pero esta vez requiero
Silencio
Sólo silencio
Detrás no hay nada
Tal vez el aleteo
De un niño o niña que te pronuncia
No podría soportar ver sufrir
Al aliento de mi vida

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