martes, 4 de enero de 2011

BORRONES Y TACHONES (2009)

GREGORIO OJER


¿Quién nos dio la esponja para borrar el horizonte entero? ¿qué hicimos cuando desenganchamos la tierra de su sol? ¿ hacia dónde se mueve ahora? ¿lejos de todos los soles? ¿no nos precipitamos constantemente al vacío? ¿y de espaldas, de lado, hacia delante, hacia todas partes? ¿hay todavía un arriba y abajo? ¿no andamos errantes como vagando a través de una nada infinita? ¿ no nos absorbe el espacio vacío? ¿no hace más frío?
F. Nietzsche. L a gaya ciencia.

“Se borró muy lentamente....terminando por la sonrisa, que persistió algún tiempo después de que el resto del animal hubiera desaparecido”. Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas.










ESCATOLOGÍA



Regocijarse en un momento
Perenne
En un instante que subraya
La infinita emoción
De sentirse crisálida
En un mar orgánico
De incertidumbres obstinadas
Al fulgor de las tinieblas



































PAISAJE ONANISTA



El silencio produce ruido
Como el mar evoca
Al desértico espanto
De la ausencia








































MUTACIONES





El cordón de plata
Sobre el cuello
De Locura
Gravitando
Excéntrico alrededor
Del tallo quebrado
De la mariposa

































JUEGO




La humedad que recorre
La piedra
Exaltación de grises
En el borde de las palabras
La lengua raspa la realidad
La realidad mide las consecuencias
Irreparables de la erosión del agua
Prístina
En tu cerebro errante




































LA QUEMAZÓN DEL FIRMAMENTO



El rapsoda del silencio
A ambos lados del vacío
Metafísica de interiores prototípicos
Elipsoides generando interrogantes
Ahorcados entre ramilletes
De bocas cosidas
A millones de orígenes
En estado de desintegración
Miríadas de soles
Infinitos mundos
Alrededor de tu cordón umbilical
El grito genésico de la madre espiral
De un padre atado al tiempo
Que no sabe retener
Y regresar a la intemperie del nombre
A la tardanza de la muerte que todavía
No sabe pronunciar
Y tropezar en la evidencia de nombrar:
¿Vida!, ¡acércate a mis brazos!
Trenzados sobre tus ojos cerrados
De luz























EL PARQUE DE TUS RINCONES




Duplicar tu gesto en el vacío
Triplicar tu ausencia
En la exhalación del desgarro
Recomponer el equilibrio suspendido
En el trazo de la implosión geométrica
Instalar el cristal en la atmósfera de la muerte
Y decir principio, supervivencia en el abandono
De la ordenación de la circunstancia anónima

































ALBORADAS


Suspender el rio
Sobre el puente
Situar la lluvia
Sobre la nube
Imaginar el día
Detrás del sol
Y la noche
En la cara oculta
De la luna
Detrás del hombre
Dibujar una mujer
Detrás de la mujer
Dibujar un hombre
Y Que no halla dioses
Que rompan el trazo
Del horizonte
Y Que no halla horizontes
Que limiten el infinito
Y Que no halla Itacas
Que rompan el sueño
De vivir sin vida
De morir sin muerte




























TRANSFIGURACIÓN


Ofrecemos la hermosura
Al gasto
A la voluptuosidad placentera
De perder la reputación
O la posición en lo probable
Preferiría poner en entredicho
La atracción que ejerce el tachón
En lo prohibido
Porque el hombre envilece en la contención
Y se expande en el exceso de la sencillez
De un placer fugaz, vacilante, inoportuno
Despiadado en el crepitar de la demencia




























ELIXIRES



En el burdel
Una copa derrama el cuerpo
Perfumado de una estrofa insigne
La mano sigilosa dibuja en el aire
Un amanecer
Todos callan alrededor
Del vacío oscuro
Que el trazo ha delimitado
Entre la eternidad
Y la duración
De este instante prendido
Del Nilo que atraviesa la habitación
































CONTRADANZA





Ojalá! la estupidez comercie con
La algarabía de nombres
Que prevalecen sobre el destello
De tu mentira premonitoria




































LA DANZA DEL CÍRCULO


La ansiedad del vértigo
Que comienza a escribir
Sobre la profundidad de
La extrañeza
El enriquecimiento de la pertenencia
Que desaparece de la raíz aérea
El embargo del tiempo
En tu arrogancia
Vagabundo saciado de infinito
Viento gélido que apelmaza
El esqueleto del sueño
Quiero la historia del enemigo
Que azuza el fuego
De mis cenizas
Quiero la explosión
De la lujuria
Sobre el perfume de la brizna
De tu voraz pupila
Quiero borrar mi fuga
Fundirla con tu huída


























LA ESTANCIA




Escabullirte
Dibujar el rostro del otoño
En el resplandor
Del ocaso
La radiografía de tu olvido
Sobre el oleaje de la embriaguez
Acabar en el extremo del azar
Y comenzar a triturar la espuma
De tu risa


































METAMORFOSIS



La burbuja de la noche
En el despojo vulnerable de la herida
El cuerpo gastado abrazando
El vacío reflejo del cristal
Los escombros del espejo
Absortos rondando tu diminuto vientre
El ritmo afligido de tu melancolía
Me adentro en el espectro de tus entrañas
Mordiendo la existencia enjuta
De tu hazaña
En la hemorragia cotidiana de lo desconocido
Punzante metamorfosis de mi yo femenino

































HOSTIGAMIENTOS





Hospedaje de injurias
Intrincados espacios
Que dilatan la espera
De la admiración
Hilvanación de imposibles
En el seno de tu ensueño
Dudo de la escarcha atrapada
En el fuego
Del peligro del semblante del futuro:
Delirios que consuelan a los privilegiados
Crímenes de tu eterno aliento
Huyo del éxtasis prisionero del ruego
Del temor mendigo del disfraz
De la ponzoñosa perezosa esperanza

























ROSTROS




Se asegura el grito inflexible
Del hallazgo
El silencio del signo
En la renuncia
Del descubrimiento
De tu otro grabado
En las mascaras acumuladas
Del hastío y el desencanto


































PRONUNCIAMIENTOS ADAPTATIVOS



Quizá haya llegado el pronunciamiento
De la desintegración
El difícil engarce
De tu identidad conciliada
Con el drama de la plenitud
Tu desabrochada apariencia
Incorporada a la reivindicación
De tu nombre anterior al encuentro
De la fórmula vaporosa de tu humillante
Originalidad
Descubrí tu retrato en un universo
De inventos recurrentes
También la exploración de tu nacimiento
En mi reprobable incidencia
A la abdicación y al detalle de mi dislocada
Repetición de alquímicos experimentos
Con la ilusión y la ficción de mi humano material
Tendí respuesta a la fatalidad de la espera
Inmensas palabras cristalizas en cada uno de mis órganos secos
Por fín la resurrección de escribir castrado sobre la alfombra
De mi vetusta existencia
En detrimento de un suicidio estéril de mis adaptativos
monosílabos
























TRES NOMBRES



Todo arrastrado
Hacia la juventud
Abierta
A la mano
Paciente
De la espera
Los años de placer
Los sentimientos
Mezclados
De gemidos y risas
No temer al extremo
De lo extraño
Enseñando las máscaras
Y las heridas
Y contemplar
La desnudez
En su extensión infinita
Y arder en el polen
De la última conversación
Y desnacer todos los días
Al lado del crimen
Imperfecto
De tu boca en la mía
Punzar la noche
Hasta sacarle
La sangre del costado
Desertar de sus nostalgias
Y avenidas de abandonos
Y mudar de piel
En todas las esquinas
Y recitar firmamentos
Y monosílabos de estrellas
Entre el pliegue de tus muslos
Entre el musgo de tu vientre
Entre el pliegue de tu vientre
Entre el musgo de tus muslos
Entre tus tres bocas
Entre tus tres pezones
Entre tus tres nalgas
Entre tus tres nombres
Y sonreír semejante
Al ultimo desbordamiento
De tu boca en mi boca
Y penetrar el hastío
De la luz en tu iris
Y revolver los escombros
De tus muslos
De tus musgos
De tus pliegues
De tus vientres
En tus tres bocas
En tus tres pezones
En tus tres nalgas
En tus tres nombres







































MATERIA, SÓLO MATERIA


Entre tachones y borrones
Vagabundo escueto
Los ángulos del infinito
Se sacian de los sueños
El esqueleto aprisiona
El desnudo e ignora el garabato
Del niño en el rincón
Del tránsito
Ejerce de himno dionisiaco
En la servidumbre de la interrogación
Gira el firmamento alrededor
Del ojo místico
Y señala cauto los infinitos ópticos
En sus deleites telúricos






























EROTISMO



El dolor apenas sombrea el ritmo
De la miserable y prodigiosa creencia
Ausencia transparente
Escasamente exorcizada
En el hogar de la mejora
En el apeadero del miedo
Así la soledad de la huella
Perdura indescifrable
En otra huella debilitada
Por la carne traicionada.
La última llama convertida
En una noche constelada de abrazos
Lógica explorativa y labios implacables
Entre la impureza pura de tu materia
Entre el bocado devorado de esta noche
Oscura laberinto hambriento en busca
De tu peregrino límite.





























INCERTIDUMBRES


La impaciencia que genera
El despojo del escalofrío
La erupción de la forma extática
De la realidad andrógina
Un consumo desaforado
E inquietante de silencios
Querer dentro de la muda
Olvidar el goteo de infinitos
En variaciones de arrebatos
Y despreciables dogmas.
Trabajo sobre tus muslos
Parsimoniosamente dentro del calendario lunar
De tus palpitos abocados al diluvio





























EL ÚLTIMO VIAJERO




Arrancó la noche de sus entrañas
Tejió constelaciones en el cristal del tiempo
Observó el devenir de los cuerpos
Estallando en espacios huecos
Universos esparcidos en el viejo molino
El incendio del cielo en los ojos del labrador
Y su reflejo en el espejo
Del vagón de cola
Precipitándose en la geometría del beso
La silueta desaparecida del ser idéntico
Palabras distintas colgadas del vaho
Del susurro de su boca cerrada
Una carretera fugaz
La transparencia del amanecer
En la sombra de la noche
Y la arena de su corazón
Golpeando su infancia acuática
Rellenando de imposibles
Las líneas marcadas de otro mar
De otro viaje distinto
Apenas un paisaje nombrando
Su rostro desvanecido
En la velocidad del vacío
























EL MENDIGO MENGUANTE




Volvió el canto de las sirenas
En tu boca menguante
El sol apaciguaba el gélido
Salitre de tus manos
Atrapadas en los barrotes del horizonte
El desierto destapo la realidad
De dunas y salvajes oasis
Que surgían recónditos de los labios
Del mendigo
Y regresaste a la noche angosta
De postigos y cerraduras oxidadas
De nombres olvidados en las raíces
De los árboles caídos en la contienda



























EL MENDIGO MENGUANTE II






Un riachuelo de sangre empapaba
El temblor de la arena en tu espalda
La guerra sembró de versos robados
La noche cerrada
Y volvió el canto del mendigo
A estrellar su olvido
En tu voz velada




































LOS ZUMBIDOS DE LA QUIMERA




Regresa el canto de las abejas
Y se entrega la mariposa al miedo
De las libaciones encarnizadas
El crujido del zumbido de la quimera
El ahondamiento en el vacío abrasado
Por el rocío que desciende de los sueños
Que nos abandonaron
El olor del desaliento en la caída
Vertiginosa en la inquietud
Moribundos silencios que apagan la voz
Asistida en el exilio de la metáfora




































EL FANTASMA







Recuerdo los labios
La respiración provisional
En mi infancia
Los brazos como lenguas
Abrazando mi garganta
De improviso el pie amputado
Navegando en la bañera
Y abriendo el desagüé
A la ciega experiencia del exterminio
El camino del agua borrando la escritura
Que nunca existió
Y tus ojos sumergidos en la espuma
Como tributo a la ausencia



























ESCRIBIR LA INFANCIA



Andar sobre el cielo
Pegado a la tierra
Dejar huellas que borran
El paso del viento
Aventar huesos, pieles
De una biografía inventada
Quedarse desnudo con los tendones
Apoyados en el reflejo
De una lengua perdida
Esperar el filo de la luz
En un mundo que no existe
Y repetir la vida una y otra vez
Hasta que desaparece
En el juego de otras vidas




























EVENTUALIDADES




La pirámide de cristal
En el lomo del camello
El desierto esquivo
Quebrando la arena del mar
El cielo que orilla tus mejillas
En la caracola de mi boca
La espuma moldeando la arcilla
De tus manos
Se prolonga la madeja de las olas
En el rastro del alacrán
La luna hiende el filo de tus escamas
En el rostro del insomnio
Y gimen las estrellas en un zumbido infinito
En nubes de azafrán
En la adivinanza entre elixir
O veneno




























EL SILENCIO DEL ORFEBRE








Lavar la lava
Entre la sombra del bosque
Y el silencio del orfebre
Desdeñar el inventario
De catástrofes
Recoger los abalorios de la noche
Entre las rendijas de las constelaciones
Teñir de azul el verde de tu boca
Colorear de arco iris las pirámides
De tus sueños
Entre el musgo de la luna
Y los habitantes de tus sábanas
Escanciar el sudor con la esponja sucia
Entre los hormigueros de tu espalda
Y reír en la desgarradura de tu cuerpo desnudo
Apoyado en la desembocadura de mi infancia











“Perdido quien no ame lo que
Menos es él mismo” E. Canetti.





AUTOPSIA







Liberé el principio
Balbuceé el transcurso del plumaje
Del silencio
Inventario de vocales fosforescentes
Nudos consonánticos deletreando
El fatal desenlace entre el tiempo
Y la realidad
La autopsia del recuerdo
Desveló que el olvido tuvo problemas
Con la experiencia despojada de vida
La piel imprecisa reveló el nombre
De la dispersión
El límite del hartazgo de la participación
Seguí con el bisturí cercenando la repetición
El lenguaje de ausencias constantes
De un malestar exterior increpando
Los bordes de la existencia
Entonces comprendí el desacuerdo
De la invención que protagonicé
Entre la plaga de mundos
Y el garabato constante de la aventura


















EL TEMBLOR EN LAS ESCALERAS







Debilitar el proyecto
Dulce hendidura del temblor
En el umbral de tu abrazo
Madre ligera encadenada
Al zumbido monótono del desastre
El andamiaje sísmico
Deformó la embriaguez en el abandono
Madeja de vacíos enredados
Entre los cristales opacos
De tu goce invertido
Descompuse tu desnudo
Entre sacudidas y desgarros





























ENGARCES Y FOGONES







El fuego múltiple
Nos condujo a la doma
Del puchero
También a las lluvias torrenciales
De julio
Y a las nieves tardías de marzo
Fue en el diluvio de Eros
Donde descubrimos el poder destructivo
De otro fuego insaciable,
Contagioso
Tributo de otros limites que vendrán
A desdeñar la asfixia de la primera boca
Inquieta
Y sin lengua


























LO INVISIBLE DE LA ESPUMA








Una noche ahogué al silencio
En aceite hirviendo
Con la voz que exhalaba
El fondo de la bañera
Decoré el cansancio denso
Del fracaso
Agité suavemente el corazón
Alrededor de la hoguera
Y sobre la máscara de la embriaguez
Y tu desnudo
Sumergí el teorema de Pitágoras
Y la mordedura de lo invisible




























EL ABISMO DE LA MEZCLA





¡Ojo!
En la bóveda
Se almacena
La escoria
Y es inevitable
Abrir
En la transparencia
El delirio
Carnívoro
De la mezcla
Y el abismo.






























EL LÍMITE







Lentamente la inquietud
Se afanó del tiempo
Unas cortinas separaban
El temor
Y el azar que se extendía
Íntimamente más allá
De lo descubierto.
La lujuria embalsamada
Regurgitó los últimos aleteos
De melancolía.
Sucedió en la ruta del precipicio
Y una realidad derivada.





















DERRIBOS



En la perspectiva el tiempo
Construye tránsitos
Y dibuja huellas
Enramadas a la oportunidad
De un paisaje de una realidad
Que palpita en la superficie
De la lentitud.
Vuelve el espejo a derribar
La imagen efímera.
El trance gira confuso
Entre pausa y causas
El rostro momificado rehuye
De la fotografía
Que intentó atrapar el aroma
Del regreso
Y del cambio prematuro.
Entre el estupor y el huésped
De la infinitud
La cartografía del vacío
La extrañeza de la hospitalidad
Del enigma que pide disculpas
Por su estado febril
Y su impunidad ilusoria
A lo insignificante.




















PRIMERA EXCURSIÓN






Nada
Nadie
Opacidad
Desvanecimiento
Clarividencia
La sonrisa de la risa
El insomnio de la piel
La explosión del pensamiento
En la audacia del lenguaje
La imposibilidad de presenciar
La abrumadora ruina
Del poema
La distancia ingenua de lo inexplicable
La torpeza y la arrogancia del símbolo
El latido de la tormenta
En el abrazo precario
Lluvia seca
Sol que enfría la pasión laboriosa
De dos cuerpos que no se reconocen
La constelación de anónimos
Nadies sin nombre
Y descifrar la carcoma
De todo fulgor trascendente
Opaco azar
Trazo, tachón, borrón
Garabato universal de la materia
Y la duración
De la herida











CLARIVIDENCIA.1980


Flor inhóspita
Pétalo nieve que fulgura
En la raíz aérea
De la hojarasca
Ajeno al descubrimiento
De la mudanza
De tu boca
En el tallo de la brasa
Apago la corteza de la nada
El zumbido fronterizo
Y el hálito de la llama.


































CLARIVIDENCIA 2. 1980
CUANDO MI PENE BESO TU BOCA





Noche tardía de madrugada
Recuerda el canto que silva
Sin fondo en la aguja de la mudanza
El resplandor del horizonte
Gira absorto en tu piel cristalizada
El espejo de mi boca suplanta
El aroma de tu desaparición
Frágil deriva de tu línea nómada

































CLARIVIDENCIA 3. 1980
CUANDO NUESTROS PENES BESARON SU BOCA




El claro del bosque
Fotografía
La luz innecesaria:
Serenidad de la piel
Fundida en la claridad
Desdibujada.
La iluminación del paisaje
Se atribuye nombres.
Absorto estallo habitable
Arañando los borrones
Del tiempo
Esquirlas de crepúsculos
Que despiertan incandescentes
Al murmullo de la materia.





























INCORPORACIONES JUVENILES



Tan sólo una pequeña tregua
Cuando el viento golpea los resquicios
De la melancolía
La nitidez del acceso de cuya existencia
Precipita tu boca al desgarro
Incorpora mi cuerpo magullado
Por la distancia simétrica de la mano.
Utilizo la tierra fértil
Para cubrir de deshechos
La asfixia ingrávida de tus sueños
El pataleo de tus ojos desnudos
Incorporados al perverso aliento
De unos versos.
Tan sólo una pequeña tregua
Al desbordamiento de tus dientes
En el éxtasis profanado de mi carne
Cuando el viento golpea los resquicios
De mi fecunda lengua extraviada
En los confines de tu sexo.
























CANIBALISMOS ADOLESCENTES



La insaciable trasferencia de
Mis dominios
El derroche de tus mandíbulas
Engullendo la tierra almacenada
En mis rodillas
Mar que desborda horizontes
Espuma cautiva en tus dedos
Fuego dispuesto a hornear los trozos de carne
En tu boca
Grito de placer entre tus babas
Y la sangre cristalizada de tus dientes
Grito girando el viento en tu sexo
Torbellino ocioso de mi voraz lujuria































SEGUNDA EXCURSIÓN




Incurrí fronterizo
El cirujano dispuso el bisturí
Yo la herida entreabierta
Librando el último combate
Con mi sueño cosido al dolor
Galopé por una playa desierta
Cuando la dormidera se tragó
El mar la playa el horizonte...
Un momento sólo espuma
Luego la nada
Ni un eco
Ni una sugerencia
Ni un instante luminaria
Que arrancase de ese aletargado cuerpo
Ni tan siquiera una fuga fingida
O un secreto que brotase
De mi olfato semimuerto.
Desperté dormido
Como siempre he vivido
Mitad algo que no conozco
Mitad algo que no he vivido
Y me ofrecí un abrazo fronterizo
Sin saber mi nombre
Mascullando el sonido del vacío



















INCOMUNICACIÓN





Invoco al sentimiento imposible
A la maquina que compila las necesidades
Y dispone los huecos que deja el hombre
En su inhabitable transitar
Invoco a la lengua de trapo que teje
Los sonidos a la materia irritada
Y configuro el desconocimiento
De una geometría que contrae la curva
En la recta el espacio en el vacío
Y el acontecer en un cuerpo magullado
Fisuras amalgamadas fúlgidos ángulos
Quebrados en pliegues: vida poliédrica
Cuando termino la digestión
De esa otra realidad que inventa
A mi mirada




























PENSAMIENTOS ADOLESCENTES





El espacio vuela en el pájaro
El mar disuelve la sal
Y nada en las branquias
De los peces
Y la materia disuelve
La inteligencia en la vida
Es el hombre el que borra el horizonte
De su invención
Y se dispone a habitar el hueco
Que le deja la muerte.


































VOCES


Rumor ahogado en las voces
De tus cenizas
Agua cristalizada en el vapor
De tu despedida
Eco encendido de tu boca huidiza
Aprieto mi mano y ahogo el vacío
De tu pecho
Ligero brillo en la hinchazón
De tu voz.

































DESPEDIDA






Me siguieron
Buscando mi nombre
Y les ofrecí un hueco
En el asiento de atrás
De mi despedida

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