lunes, 3 de enero de 2011

LOS VERSOS DEL NAUFRAGIO ( 2008)


GREGORIO OJER
“Sé indulgente
Nostalgia que tu rio
Inunde estas riberas
Perdidas
Mas no para crear
Depósitos de olvido
Sino para oficiar el Desafío”
El severo discurso de las ideologías.
J.M. Alvarez
















“¿Cómo vivir sin algo desconocido ante nosotros?”
Argumento. R. Char








Campo a través



El conocimiento de la flor
Cuando se abre a la boca
Del insecto
El insecto aturdido
Cambiando de nombre
En ese devenir depositario
De la última gota de sangre
Recuerdo que arrancaste el tallo
Y yo te mordí la entrepierna
Dibujando un círculo vicioso
Entre mi boca y tu misterio






























“La mesa, el sueño, el deseo, he aquí el círculo en torno al cual giramos”

Séneca. Epístola LXXVII




Las ratas.



Las corrientes de la pestilencia
Sobre la poesía de las alcantarillas
De tu bolsillo surgieron enjambres
De abejas que tras la disputa con tu yo
Viajaron sin alternancia entre los límites
De mis labios
No supe hablarte en tu lengua muerta
Tampoco encendí la hoguera
De la desolación o el humor
Sé que regresaste del hielo
Con esa transparencia del sueño
En el deseo de abrir este sobre
Sin dirección ni matasellos
La saliva que caía de los bordes
Cambiaron la dirección del mensajero
























“como un bello marco añade a la pintura”
Un fantasma. Baudelaire



Los años discontinuos




Dejamos la taza sobre la mesa
El cartón que volaba sobre el horizonte
Regresó a la alfombra de tu cuarto
Besos volubles
Sonrisas petulantes que aspiran a dibujar
El último rayo de sol
Y ciertas fotografías que dejaron atrás
Años rotos y tiempos cosidos
Al mudar continuo de las emociones
Hace falta tiempo para retirar el miedo
Entre nuestros corazones
Como la intolerancia de la página interfecta
O los días que comienzan con una pregunta
Sobre otra pregunta no contestada.
Me esforzaría si supiera que la muralla
Que construyeron entre el marco de tu cuadro
Y la realidad sucumbiera a la bandera
De la tierra húmeda
Al sándalo, a las madreselvas
Que recogieron nuestros antepasados.




















“ no verlo todo, y poder por ello explayarse con la imaginación
hasta aquello que no se ve” Leopardi, Zibaldone de pensamiento.


Cenotafio




Veo hablando a la muerte
De la muerte
Veo gemir al sufrimiento
En el sufrimiento
Veo padecer al opulento
La discordia del exceso
Veo agitar las alas a la mariposa
Que marcha hacia el crepúsculo
Veo la ciudad desaparecer
Entre la bruma del invierno
Veo tu cara estrellada en el cristal
Del escaparate donde el gran ojo
Nos ve a todos detrás de sus párpados
Veo la manualidad de la historia
Sobre la mano de Ävalos
Veo el mapa en forma de corazón
De Giovanni Gimerlino
Circundar el globo terráqueo
Veo a Leopardi dialogar
Con Atxaga en busca de otro heterónimo
En el café Basilea figura de bronce
Marca de la mano sin hacedor
Veo a las naciones marcar las fronteras
Entre las líneas de las manos en la madera
De la patera. Veo el último ejemplo
De hombre sobre otro hombre remarcando
Los limites del nombre sin precisar la borradura
Del hálito impreciso de decir fue hace mil setecientos
Cincuenta años cuando la voz se quebró y la generación perdió
La costumbre del hechizo y de la marca de su nombre
En una lengua muerta...








“quisiera que tú me entendieras a mí sin palabras.
Sin palabras hablarte, lo mismo que se habla mi gente.”
José Hierro. Alegría




Los peces del sueño



Parecía que nunca iba a llegar
Que el tiempo que quedaba
Por construir arrastraría
Las malas yerbas
Que la tierra que circunda al río
Ahogaría de peces el cielo sin orilla
Que el sueño encendido de las formas
Daría sentido a la rama que doblega
La realidad
Así en la noche del retorno
Sabré el nombre del sueño
Y perseguiré a un Catulo solícito
Que quiera morder los labios
Del amor
























“Mísero Catulo, deja de hacer locuras,
y lo que ves perdido, por perdido tenlo.” Catulo




Miserias



paso la mano sobre el horizonte
de su carne
tiembla la vida en la belleza
y aumenta la preferencia
de seguir viviendo
en las alas de un suicidio plácido
casi perfecto
el reloj de sol señala Aries
e izo el minotauro tras la sombra
del laberinto convertido en un abismo diluviano:
es la fachada de tu corazón hermético
de enjambres transfigurados
de aleteos en el vacío de mi boca modificada
a base de nacimientos frustrados
y muertes refractarias



























“ Bienaventuradas las reglas de la métrica
que anulan las respuestas automáticas,
nos fuerzan a pensar dos veces
y nos liberan de los grilletes del Yo.”
W.H. Auden


Los grilletes del yo


El peso de la lluvia en los pies de barro
La realidad móvil, arbitraria
El café derramado sobre la tarima de caoba
Tus ojos oscuros sombreando
Las grietas de la madera en el café
Y mi yo automático esforzándose
En representar la sucesión de sucesos
Acaecidos entre tu límite y mi respiración
Jocosa. Fue cuando el azar arrebató
Al artificio el gesto contiguo de tu yo
Sobre mi otro yo:
Sólo sé que gemimos en un mar
Desprendido de nuestra espuma
Y luego la nada solemne hablando
En una perfecta lengua muerta


























“pequeño ano/ tú habías vivido cerca del sexo de una joven y bonita nadadora/ habías jugado...” Dalí. Poesías. No veo nada, nada en torno del paisaje.





Surrealisme



Atragantar el pulso
Y el acero de tu sangre
Participar en la eclosión
Del huevo. Tararear una melodía
Del color de tu lengua
Y subrayar a golpe de coros
El umbral de un monumento sin señas
Y gritar y gritar
El gusano de la muchedumbre
La estatua de la manzana el anillo
Que envuelve el otro lado del gusano
Y la manzana arrebatada de la boca
Que grita otra vez cabalgando en el hechizo
Del entusiasmo de volver a ver la luna
Que grita y la luz que grita
Y el perro que aúlla festivo en tu nariz
De porcelana.
Conformémonos en la ficción de una escritura
Sin lectura. De un habla sin boca
De una mirada estridente que enamora lo extraño
Y que escoge de lo posible aquello que el ojo
Calcula que es plural
Y defendamos el balbuceo y al imitador de voces

















“Un amigo mío, hombre superior, considera que la eternidad es una mañana;”
Lieu Ling



Instantáneo

No. Sucumbir a las ideologías
Y retozar
En el légamo
De la espera?. Huye,
Desvanece lo invisible
De la espera
Y frente a frente comienza
A construir las arterias de tu desvelo

































“... y diez mil años, un simple parpadeo.”
Lieu Ling






Desgarro el tiempo
Con el reloj de sol
De tus ojos. Parpadeo escindido
Entre el desbordamiento y tu
Cuerpo bronceado.











































“Mi interior me es extranjero, y también, mi exterior más inmediato, y el lejano”
Mira,Victor





La inocencia consensuada






Contradije a la lluvia
Con la calor de tu cuerpo
Rama sobre rama precipité
Mis manos entre los poros
De tu corteza. Saqueé el consentimiento
Alimento de mi voz enmarañada
Y llegó el momento de inventar otra forma
De acercarse a la inocencia:
Romper, tiritar simultáneamente el presente
Y el instante irreparable
























“en este mundo traidor
nada es verdad ni mentira
todo es según el color
del cristal con que se mira”
Campoamor





Fiesta. Iruñea




Giro en la fiesta hacia
El arrojo de las vueltas
Exaltadas de la geometría
El sol belicoso murmura
Sobre los hombres de barro
La arena entre el tiempo
Hace brotar a los animales
De los pies de cielo
Lo irrealizable del círculo
Crea el equívoco en el manto rojo
La muerte arrebata a la muerte
El abismo del muletazo
Solloza extraviada la ofrenda
A la belleza del horror





















“Cuanto más voluntaria la muerte, más bella. La vida depende de la voluntad de otros; la muerte, de la nuestra”.Stefan Zweig




Petrópolis

La luz cansina sobre las ropas
Mojadas y esparcidas en el suelo
De la habitación.
Rehenes de su propio destino
Papeles encadenados al frío
De lo fugaz
Antes de abandonar la habitación
Tengo nostalgia de la habitación
Múltiples testigos recolectan legajos
De su propia libertad
Cada vez que dejo este mundo
Escribo sobre el año mil
Novecientos cuarenta y dos
Y recojo mis pertenencias personales
Entre tus libros no escritos.



























“las rosas de papel no son verdad
y queman”. Jaime Gil de Biedma. Canción final




Fin de la obra


Hoy he comido..., luego me he echado la siesta
Y he tenido que bajar la persiana
Porque entraba el sol entre las rendijas
Mi cabeza ha girado cien veces sobre
La almohada y he tenido la sensación
De perder el tiempo hacia el otro lado
Donde había estado pero ya no estaba
El soplo en la nuca me ha señalado
El camino que no debo seguir
He mirado a la ventana
Y el sol se ha convertido en luna
Y la luna en una noche de estrellas
Saliendo de mi cerebro de amante
De sábanas frías y esquinas combatientes



























“pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos”
Gil de Biedma




Bajo el telón



Como dice Biedma que dijo Auden
Cada noche trae verbos irregulares
También cuadros sin marco
O bordes impregnados de realidad simulada
Hasta tu último trazo llegó mi boca
Luego los pies se acercaron a tu espalda desnuda
Y comenzaron a deletrear tus ojos sin fondo.
Terminé cansado de caricias imposibles
También de instantes que minan la confianza
De dos manos llenas de años y de pérdidas.





























“a veces ola y otra vez silencio”
Gil de Biedma

1


Tiempos paralelos





Dijiste que en un tiempo
Tu naturaleza y la mía
Serían las mismas
Que nadaríamos en el mismo mar
Que la misma arena que nos acarició
Escribiría nuestro nombre con la espuma
De esa única ola que era nuestra
Solo nuestra.

También dijiste, recuerdo
Que mis ojos habían acariciado
Tu piel cemento, abandonada
A la tormenta de pasar los días
Y las noches atrancadas en la puerta
De tu habitación vacía.

Las manos
Describieron el gozne y la distancia
Que nos corresponde


Entonces gritaste en el cono del insomnio
Llamaste a mis sueños que codiciaban
Cada pliegue de tu almohada
Y besé los labios de la brasa del infinito
Y apuré el aire que envolvía el mensaje
De tu naufragio y el mío
En esa isla adormecida por los vientos
Del cansancio.








“A la hoja poliédrica/ se le han ajado las alas/ como a la blanca mariposa de fuego”. Imanol Irigoyen. Las distancias interiores de la luz



2




69 versus 96


El reservado


Volvía de día de la noche
Última de sangre
Pero volvía a la noche larga
De pieles morenas
Y ojos que dan miedo
En la oscuridad.
Sentí la luz
A la mitad de mi cuerpo
Reculé sobre mí mismo
Y encontré otro cuerpo
Con mi mismo nombre:
Gemí
Intenté ser mujer-hombre
U hombre-mujer
Pero me salió un animal
De ceniza adormecido
Sobre la espalda de otro
Irreparable.
















“Quiero respirar el viento planetario/ oír la respiración del mundo”. Mikel Lasa




3


Soy tú . 1991




De negro
Una ciudad que ríe detrás
De nosotras. Propicios momentos
Para despedir el momento
Sin dejar de hablarnos.
Te seguí como un gato retrospectivo
Y considerado.
Entonces giraste la cabeza
Y tu cuerpo dibujó una espiral
De tiempo entre tu cadera
Y el perfecto ángulo de la barra del bar
Vivimos? Pregunté distinto
Respiro! Dijiste con cierta admiración
Yo parpadeé y dejé de hablar conmigo mismo
Y dejé de ser precisamente lo que era
Acerté lejos más allá del dulce quehacer
De los pinos y sus raíces insomnes
No hay versos que describan
Tu perfecto perfil apoyado sobre la baldosa
Grasienta y mi aliento.
Sólo recuerdo que te nombré.
Y esa noche supe que no era tu nombre.


















“ Amo la pulpa fresca de los melocotones”. Maite Pérez Larumbe






4





En el saludo de la noche





Nadie es el que nombra
La forma de la puerta.
Dibujo el umbral
De tu figura
Volveré seguro
Detrás de tus labios
Siendo tu nombre
Incluso dibujaré tu despedida
Entre la multitud que presiente
El silencio de tu verbo


















“créeme, no apresures la voluptuosidad de Venus. Aprende a demorarla. Aprende a provocarla poco a poco, con demoras que la difieran. Cuando hayas encontrado el lugar donde a la mujer la gusta que la acaricien, acarícialo. Verás en sus ojos brillantes un fulgor tembloroso, como un charco de sol en la superficie de las aguas. Vendrán entonces las quejas, el amable murmullo, los dulces gemidos, las palabras que excitan” (el arte de amar II. Ovidio)


El amar del arte

fulgor en la pasividad
cuando el talento previene
de asombros
la única diferencia entre tú y yo
es la textura de Biedma
y el quehacer cotidiano
de J..M. Álvarez
sobreviviré a las afueras
del camino también al beso
guardado más allá de mi habitación.
Es la promesa de uno que pinta cortezas
En paredes blancas.





























“ellos volvieron, con el rumor de la lluvia”
Eugenio de Andrade.



Contra la ley de extranjería



Bajo la escalera y encuentro
Una enredadera atada
A tu lengua de príncipe
Prometido
Con las piedras del cementerio
Yo reí
Y volví a girar la espalda
En el rompiente
De la almendra
Mis raíces extranjeras
Buscaban el cristal transparente
De lo innumerable sobre todo
En tu pecho tierno de eucalipto






























“todo lo que es bueno es ligero; todo lo que es divino camina con pies alados”
Nietzsche.




Un poquito de química




Parar el coche
Mirar el cielo
Ver una estrella perdida
Y nombrar la oscuridad
Y dibujar con los labios
Los campos inundados
De sequedad y silencio
La noche acompasa
A este instante de felicidad.
Me dijiste: Lisboa vive
En nuestro sueño
































Instante pictórico


Nada más
La lejanía de tu brazo
En el descenso
De la pintura en el olor
De la imagen
¿A quién proteges?




























“de noche
cuando desciendas”. Biedma



El tren de llegada




No hay nada:
Nada.
La palma de tu mano
En mi recuerdo
Todo sobre mi costado
Y tu costado
Sobre mi nada
La sombra de la mano
En otra mano
Circundando la piel de otro
La forma exhalada del día
En la noche
Y el andamiaje de tu cuerpo
En una fotografía en blanco y negro

























“pero es inútil, nunca
he de volver a donde tú
nacías ya con forma de recuerdo”. Biedma



Recuerdos




Tu boca sellada
Cuando vuelvas de mi carne
Sin cumplimiento
Con vocación de ser carnaza
Entre tus labios solícitos

Debe de ser la lluvia
Golpeando el cristal
De mi infancia...

































“es difícil ponerle límites a nuestro espíritu: es curioso y ávido, y no tiene ningún motivo para detenerse a los mil pasos más que a los cincuenta”
Montaigne. Ensayos,II,12




Axioma




Comer, beber,
Dormir, sentir el placer
De otro placer
Solamente...
El perfume de una tarde de verano
Que más tarde devendrá en nocturno deseo
Y Delicias clavándome las uñas
En el costado umbrío
De mi desnudo





























“todos somos grupúsculos”
Felix Guattari





El último fin o Lady Pronto



Cerró la puerta
Entre turbulentos gestos
Recostado sobre una alfombra persa
De mercadillo volvían sus caderas
Lacerando el espacio
Y desatando los nudos de la noche
Mis ojos giraban en torno
A un punto blando disfrazado
De octavilla o de entrada
Con derecho a consumición

Este tugurio de filtros y hormigón desnudo
Subrayó el pavimento de los senos
Circundando un recuerdo que se agolpaba
En el baño de señoritas


Los brazos elásticos perdieron
El centro de gravedad.

Paisajes antiguos olvidando las esquinas
De nuestros abrazos
Y besos robados a los espejos de los bares


Comprendo ahora el desasosiego
Que produce volver la vista atrás
O aceptar que eres otro
Y que la última mirada ya no vendrá
A darme sed.

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