lunes, 3 de enero de 2011

CRÁNEO ESCOMBROS (1996)


GREGORIO OJER



“no olvide devolverme mi lapicero.
Y salió.” Thomas Mann. La montaña mágica






“Gerberas amarillas/ en la ventana: manos/ abiertas, breves/ soles multiplicados”. Andres Sánchez Robayna y Antoni Tapies.




Escombros y plataformas



Y el nombre ciego
De un correr salvaje
Entre escombros y plataformas
De tiempos que atienden
A lo efímero
Si estuviese
Dentro del mundo
Dibujaría la pared blanca
Que separa al mundo
Del espejo enterrado de la imaginación
Y alzaría la voz de los que vaticinaron
Los días contados
El trabajo gastado del fuego
Y el exilio de la arena
Cruzó el deseo y escribió
La puerta que cerró para siempre
El miedo del hombre.























Círculos concéntricos



Cuando sueña el huracán
Y agoniza el viento
En tu espalda
Cuando cierro el grito
Y me enseñoreo ante la explosión
De unos ojos:
Ulises
y la montaña mágica
tropiezan con la alta tecnología
de habitar asperezas
y trazar círculos sobre la alfombra
de escombros de tus dedos
de cera































Asamblea



Una biografía voraz
Una artimaña de amañar
Los segundos
Donde respira su boca
En la mía vacía
Un no sé qué de consejos
Pasados por agua
Una fuente de sangre derramando
Sobre la sombra de Celan
Un halito de la historia universal
Un catalán desnudo a la altura de Biedma
Un preparar las cosas a lo Bolaño
Y un Aristófanes decidiendo sobre la comedia
O un amor joven y fugaz
































Matadero


El texto decían unos,
Otros el preferido que era
Un chaval que le faltaba un brazo y una pierna
Por esos hijodeputas políticos
De turno que no saben más que joder al pueblo
Bueno hice autostop
Y no me cogía nadie
Ahí con el grito acompasado del pasado
Y el frío del futuro

Cómo olvidar si no fui capaz de maldecir?




































El loco


Apreté a todos los pájaros
Que en cuatro días desdijeron
La llave de la higuera
Y de tu cuello griego
Soplando la muerte a la altura
De tu nuez dulce
Te mordí el cuello
Y la cuerda sopló tus ojos
De tarima y abrazos de plomo








































“Nadie habla solo/ ni siquiera el silencio:/ casa de todos” Orlando Gonzalez. Casa de Todos






No creo en nada



Con estas manecillas
Que dibujan el abismo
De tu sorbo
También el latido prohibido
Del encuentro
Traería la colisión
El aliento de la despedida:
Aquí pájaros sin alas
Y peces sin branquias
Y mujeres sin tiempo
Y un otoño sin terminar



























Viaje


Algo proviene
De la excitación
Y del canto provocativo
Como de la estampida
De la espuma
Y de las olas dentro de este
Tren terminado en este polvo
De servicios aparte
Y ruidos ocasionales









































“juro que no he tomado ni una gota” Jorge Boccanera






El hermafrodita


Cobarde de casas sin tejado
De plantas sin raíces
De tacones sin zapatos
Y de piernas sin nombre
Ni taquicardias ni tropezones
De puertas que nunca abren
Y siempre cierran
Labios de esmoquin y un amor
En cada infierno que fue vendiendo
Con su veneno de dientes de cacerías
Y espejos afilados
Se tragó la infancia cuando terminaban
De hacer la colada de sus sueños
Desde entonces desprende un olor a centrifugado
De carne y trapos de espanto
Y besos robados al brindis de la impaciencia























Sueño que no sueño




La asfixia de cristal
En el movimiento de un dormir replegado
Hacia la llave del pez que inventa el agua
En cada aleteo de ahogo y luz
Fotografiando un cuerpo desnudo en la orilla
De aquella piedra que hablaba
Con los niños ahogados
Dentro de mi sed de infinito
De brazos que inventan manos
Y manos que relatan dedos de leyenda
El eco de la furia
El vago silencio del temblor de la onda
Que se expande en tu espalda...
El cielo está de pie
Y sube un peldaño más que el brazo que baja
Cuando la sucia muerte camina dentro
Del humo de una boca inmensa





























“ya estoy solo. Es de noche” R. Arenas. Antes que anochezca.




El hombre que no preguntaba


Cada cosa que fabricaba
Después del lugar que ocupaba
Se volvía desaparecida
Tal vez exilio pronosticado
Por su amargor
De sentencias inconclusas
Y libros en blanco
Fue extranjero a la vista
De la certidumbre
Que causaba tantas creencias
Sin deseo
Tantos rezos estúpidos
Que cercan a la imaginación
Fue confundido por la repetición
Y el desentierro del hombre que no preguntaba




























“amor mío de nunca, afiebrado y pacífico,/ versos para el pequeño pulpo de la muerte”. Blanca Andreu





Advertencia



El árbol que no señalaba a la maceta
Tatuó tu nombre en la pared blanca
Del presidio
La noche fue larga casi reflejada
En su propia oscuridad
Entera
Casi los muslos violeta de la luna
Conocieron mis labios de salitre pronosticado
Enteros
Infame verdugo
De disparos culpables
De bengalas de espuma
Y cofres sin tesoro
Vacío de tu carroza
Sin príncipe ni vitrola
Advertimos el secreto del siempre sin respiración
Como el grueso de la soga de nuestras lenguas.























“Después como si el sol naciese allí, no volveremos a/ hablar en desierto a propósito del cuerpo” Eugenio de Andrade. Interminablemente.








Me lo advirtieron



La cama chirriaba
El cuento de nunca acabar
El deseo hecho espuma
Entre dos caracoles
Que luchaban por sus cuernos
De polvo de estrellas
Y finales de trapo
Crepitaba el final de su rostro
Sobre la almohada del tullido
El hueso a hueso
La voz limpia de escombros
Que dividen
Y de tiempos que visten miedos
Y barro de lenguas muertas
Por su propia fatiga.























“ la realidad exige que también mencionemos esto: la vida sigue.” Wislawa Szymborska. La realidad exige






Perdedores



Esta
Pluma
Inventando
El
Agua
De
Tu
Boca
Y
El
Cristal
De
Tu
Ojo

























“El sabría la gramática del infierno y la enseñaría a otros” G. Steiner. El traslado de A.H. a San Cristobal






Ladridos



Blanco de perla
La historieta del verbo
El aderezo
De la confitura
Dicen algunos el alma del mantelito
Donde dos botellas de güisqui
Esconden a la bestia
Que cercena los brazos
Con cristales de agua
Es el frío de una noche de jengibre
Y gratinados de tequila sal limón
De brazos de hospicio
De pulsos carcelarios
De imágenes ralentizadas
Entre artistas que no saben ser lo que son
Porque no tienen muertes que esconder
























“la hierba corre echando raíces, viaja/ de pie” Artur Lundkvist






Saber estar



Belleza quebrada
Por el filo de la noche
Muerte e imagen sin imaginación
Repetir los muebles que te nombran
El corazón que no late
El frío que no repite el frío
Y el ladrido del que ondea espacios
Sin tan siquiera olerlos de perfil


Yo, vacío,
Cuchillo de tres caras
Que conocí cuando los acuné
Con mis pestañas hambrientas


























“una o dos veces, durante aquella escena, la señora de Renal estuvo a punto de sentir algo de simpatía...”. Stendhal. Rojo y negro







Hedonismo




El
Césped
Inventó
Tus
Pies
La
Arena
Tus
nalgas



























“¡Sufrimiento, oh sufrimiento/ este mundo es demasiado ancho para ti”. Percy Shelley.





Para él


Vuelve la basura:
El.... te diré...
El... te nombraré...
Somos vecinos
Es blanca la pared
Qué casualidad!
Me acercaría a un silo
A repartir grano por grano
A los que no supieron
Ver la curiosidad de un ahorcado































“morir..., dormir; no más!” W. S. Hamlet





Fugaz




El agua transporta
Al fuego
Y la amabilidad
De tu noche
Y de tus ojos
No volverá jamás


Es lo efímero
La valiente
Calcinada
De un cuenco sin fondo




























“el tiempo entra de bronce en su edad última” Paul Celan. La arena de las urnas



Grietas de Salamanca


Un cuerpo que desconozco
Unas piernas de bala
Unas manos inquisidoras
De tortura y trampas
Un hombre sin rostro.


Dentro de la ventana el concurso del deseo
Fuera la acústica de los que mienten
Como premio a tu camisa de fuerza


Fue ayer cuando el ruido de la gente
Se volvió memoria de los perdedores.


Recuerdo el otro lado de la plaza
Con sus blasones, artesonados,
Sus arcos de dolor
Y cada metro cuadrado de ese dolor
Se volvía límite de un mundo cansado
Pero rebelde de sus peldaños no transitados.


Fue el tiempo de Anibal Núñez
El amargo sabor de un invierno lúcido
A orillas del Tormes
Las palabras nadaban en sus orillas
Y cerca del desorden semihundido
Habitaban los cuentos y la dulce ferocidad
De los que no regresan












“hace años que he renunciado a pensar coherentemente, mi lapicera Waterman piensa mejor por mí”. Julio Cortazar. Declaración jurada.







Los estafadores



La cubierta sin alfombra
Golpeaba cada curva que rozaba
Con mis dedos
Sobre tu volante de agua
Las algas del mar tropezaban con el desvío
Que iba imponiendo la distancia de tu cintura
El mimbre de la mampara daba espacio
Al gusto y al desvestirse del tiempo
Dulcemente el óxido de tus uñas
Se prolongaba con las señales.
Era un rodar sin límites
De monosílabos vagabundos
Que despistan al buen alimentado
De arte y estafadores
Supe que la defensa del derrumbe
No era para náufragos
Tampoco para disciplinados



















“sólo pido un verano, ¡oh poderosas!/ y otro otoño para que madure mi canto...” Hölderlin. “A las parcas





Madre



Cuánto tiempo ajado
Por dos vueltas de cerradura
De otro tiempo saqueado
Y asfixiado por el perfil
De la llave de agua
Dentro de tu boca, madre.
Sólo el pecho encendido
Del calor de la espuma limpia de tus ojos
Ajardinados, también la pequeña
Mano trabajadora emboscada en los besos
De silencios perpetuos.
Las joyas que engalanaron tu cuello
Transitan todas las noches mis sueños.



























“su abrazo duraba tanto que el amor se desesperaba”. P. Celan. Contraluz




Espacios carnívoros



Una cajita donde escondía
El infinito de tus pies
La boca pegada a las cortinas
Descorrer tu piel y entrar
Sigiloso dentro de tu espejo
Ver una sonrisa de cristal
Y desdecir uno a uno los
Pelos que atrapan tu cuerpo.


































“¿Cómo., pues, puedo contar un relato que es inenarrable?. Ayax. Sófocles.






Cuerpos sin paisaje



Voraz de cuerpos sin tierra
De tierra hambrienta de hogueras
Y diosas invencibles.
La música de las llamas
El ahogo de las hojas en invierno
Repetidas en tus brazos
Escalera de arena
Zumbido que crea tu lengua
Memoria sucia de los ojos
Que vuelven sobre su fiebre seca.



























“La alondra nació antes que todos los seres y que la misma tierra. Su padre murió de enfermedad cuando la tierra aún no existía. Permaneció cinco días insepulto, hasta que la alondra, ingeniosa por la fuerza de la necesidad, enterró a su padre en su cabeza”. Aristófanes. Aves





FAMILIAS


Podar el esqueleto
Sorber el tuétano hasta
Llegar al cerebro de mi padre
Cada neurona convaleciente es una línea
De recuerdos. Calla en su sillón de oro
Y refleja la estación de sus años
Y la grasa olvidada en sus uñas de plata
Su ronroneo hierve en el cofre de nuestros sueños
Y el aroma de sus aceites!
Y los cigarros acabados en cada pelea televisada!
Lo que nunca supe fue su callada estancia
Su silente espera de una foto movida
Por los hijos y su compañera.
Quizá un modo de nostalgia
Un crepitar solemne dentro de su soledad
Un estar en la estaca de la intemperie
De un espejo clavado en mis ojos.
























“el mundo entero es un teatro, y todos los hombre y mujeres simplemente comediantes” W. Shakespeare. Como gustéis






Políticas


No puede respirar oraciones
Tampoco caridad
Respira versos de hojalata
Y justicia social que cuando llueve
Se oxida en los límites de sus labios.

































“he olvidado qué labios me han besado...” Edna Saint Vincent Millay.







Nocturnos

El espejo envía tu mirada muerta
Es así el hospicio de tu boca
El mal aliento de tus ojos
La güesera de tu corazón
Uno está muerto
El otro se inventa la jugada
Que repite una y otra vez
Para no verse envuelto
En la última decisión
Hay hielo en sus mejillas
Y sangre que recorre su cuello
Hasta nombrar el metal de mi mano




























“A veces volvía a ser piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos...” Ernesto Sábato. El túnel



Tormes


Blanco, fondo blanco
Y una curva infinita
Prolongándose en la oscuridad.

Mi corazón una pirámide.

El tuyo una esfera reluciente
En la próspera penumbra



































“en la sensación de estar puliendo mis uñas”. Mário de Sá Carneiro. Manicura




Escombros



Es la dirección contraria
De tu gesto la que corta la mano
Del pintor callado luchando contra
La cólera del lienzo
Zona de agua observada por las gotas
Evaporadas
Manto de aire que hurga la lengua de los locos
Y pide más entre los escombros de huesos y aguijones.
En definitiva cruzar la calle
Y pedir un antídoto para el conocimiento































“tú vives siempre en tus actos./ con la punta de los dedos/ pulsas el mundo, le arrancas/ auroras...” Pedro Salinas. La voz a ti debida





El caballo en Frías




Cristal de crines envuelto
En llamas perforadas
El sol seca el tambor de luna
Látigo de músculos extasiados
Por el bronce de la medianoche
Es un rojo viscoso
Sobre el felpudo de tus venas
En la agitada pluma de las piedras

La danza del vacío
El alegre comercio de carne y espectáculo
El sudor y la respiración cansina
De agitaciones y ruinas

Y tanta belleza de gritos insondables
Que ya de pie no distingo
El trapo de la cortina desvencijada
De tu cubierta de porcelana china.





















“escritos en el suelo han quedado los signos de la muerte”. Severo Sarduy. Uno, Big Bang.





Premonitorio



El gato del desierto
Construye ejércitos de espejismos
La primavera vuelve pirámide
En un círculo de regiones arrasadas
Tal vez el naufragio de la navaja
Que separó a los dos extranjeros
Los únicos supervivientes de una territorialidad
Absurda y herida de muerte
Nadie sabía que volverían las construcciones
Invertidas
Nadie deambularía por el ojo del sueño cerrado
Nos separaba una puerta de cristal tatuado
En el olvido breve de la travesía
Y aún así supe de los exiliados
De las cartas marcadas
De prohibiciones que condujeron al exterminio
A pueblos enteros por los grandes dioses
Y los anuncios de los profetas.

























“No es verdad. El viaje no termina jamás. Sólo los viajeros terminan” J. Saramago. Viaje en Portugal




Documento abandonado





Llueve agua podrida
Sangre negra...

Un niño ahoga al mar
En un vaso
De fuego
Y espera fugitiva.































“el brazo de la mujer cortó el aire como la correa de un látigo,..” Roberto Arlt. El criador de Gorilas





Elogio del caballero


El dominio de la dentellada
Cierra la espalda de la materia
Noche de cigarrillos consumidos
En los labios del espejo
Desear la lumbre
De unos ojos de loba
Resbalar al pinchazo de un coño
En la boca refinada del maquillaje
Me siento puta que brilla
En la bebida del último verso
Que te regalé



































¡Oh! no permitais que el tiempo os engañe,..” W.H. Auden. Mientras paseaba una tarde




Abendua


Respeto las ocasiones
Que maldije entre alcoholes
Y cohetes que esperaban una cita
Con el cielo de tus nalgas
Blindadas
El lugar, veneno
El ciego orinaba
Sobre la tumba del problema
Y la calle del mar cicatrizaba
En la madrugada de ceniza.
Es la práctica dijiste del acceso
A la boca salada
También el llanto del reloj
Por la pérdida de tiempo

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